Etiología de la falta de progreso ponderal
Tradicionalmente la falta de progreso ponderal se ha catalogado como secundaria a causas orgánicas y a causas no orgánicas. Si un niño es hospitalizado y no sube de peso, a pesar de recibir una ingesta calórica y los cuidados de enfermería apropiados, ello orienta a causa orgánica.
Por otro lado, si el niño sube de peso estando hospitalizado, el ambiente familiar es probablemente el responsable, ya sea por una deprivación emocional o nutricional.
Sin embargo, este enfrentamiento puede ser muy simplista y en muchas oportunidades un número importante de niños presenta causas mixtas, orgánicas y psicosociales, para su falta de ascenso ponderal.
Los factores de riesgo que inducen a una falta de progreso ponderal pueden ser divididos en aquéllos relacionados al niño y los referentes a la familia:
Características del niño:
– Ingesta inadecuada (trastorno de deglución, enfermedad neurológica o cualquier enfermedad que produzca anorexia)
– Gasto metabólico aumentado (por ejemplo: displasia broncopulmonar, enfermedad cardíaca congénita)
– Mala absorción (fibrosis quística, enfermedad celíaca, síndr. de intestino corto)
– Prematurez, especialmente si se asocia a retraso del crecimiento intrauterino.
– Anomalías congénitas
– Intoxicación por plomo o anemia
Características de la familia:
– Pobreza
-Aislamiento social
– Prácticas de crianza o de alimentación inhabituales
– Técnicas de alimentación inadecuadas
– Consumo de drogas u otra psicopatología
– Violencia o abuso
Es importante, por lo tanto, enfatizar que al enfrentarse a un niño con falta de progreso ponderal es necesario evaluar los antecedentes médicos, de desarrollo y de comportamiento del niño, y también las características psicosociales, económicas y ambientales de la familia.
Fuente: Manual de pediatría por la Dra. María Isabel Hodgson Bunster y la Dra. Pascuala Urrejola N.. de la escuela.med.puc.cl