La conservación del suelo
Para disminuir los riesgos de degradación del suelo y favorecer su conservación se deben poner en marcha los siguientes procedimientos:
– Hacer una caracterización agroecológica de la finca, y documentarla (guardar un registro de lo que se hizo).
– Identificar, de manera detallada, los riesgos de degradación del suelo e implementar prácticas que permitan mitigar los daños, y por tanto, eliminar los riesgos de erosión.
– Redactar un plan para el manejo de la finca, según la capacidad de uso del suelo y detallar la densidad de siembra. Ponerlo en práctica.
– Potenciar el uso del suelo mediante trabajos de conservación de suelo como preparación del suelo, siembra y construcción de drenajes en contorno, establecimiento de barreras vivas, construcción de gavetas en los drenajes, hacer lagunas de sedimentación o de infiltración donde terminan los drenajes, para que el agua no caiga directamente en los cuerpos de agua.
– Conocer y documentar el uso previo del suelo, para poder identificar los riesgos que se corren.
– Hacer un análisis del suelo y establecer un programa de fertilización, según disponibilidad de nutrientes, necesidades del cultivo, producción deseada y densidad de plantas por hectárea.
– Si se necesita hacer drenajes, mantenerlos limpios, para evitar obstrucciones, y tener cobertura vegetal para evitar el estancamiento del agua y la acumulación de desechos orgánicos.
– Los desechos orgánicos (rastrojos de la piña) que se generen en la plantación se deben tratar adecuadamente antes de ser incorporados al suelo.
Fuente: Ministerio de Agricultura y Ganadería.