Todos los trabajadores DEBEN cumplir con las más estrictas normas de higiene. Esta es la única forma de garantizar la inocuidad de la fruta; es decir, de evitar la contaminación biológica. Por tal razón, deberán establecerse buenas prácticas de higiene para cada finca y lote, para cada sección o “block”, y éstas deberán acatarse cada vez que se inicie una jornada de trabajo, aun después de los descansos.
No está permitido que personas afectadas por una enfermedad infecto-contagiosa, o portadores sanos de una enfermedad de este tipo, trabajen en las dependencias donde se manipulen productos o en las que exista una posibilidad razonable de que el producto se contamine, hasta su total curación clínica o bacteriológica, o hasta que desaparezca su condición de portadores.
Entre los estados de salud que deberán comunicarse a la Dirección para que valore la necesidad de someter a una persona a un examen médico y la posibilidad de excluirla de la manipulación de fruta se pueden citar: diarrea, ictericia, vómitos, fiebre, dolor de garganta con fiebre, lesiones de la piel visiblemente infectadas, supuración de los ojos, oídos o nariz.
La aplicación de esta práctica tiene carácter obligatorio en todas las personas ubicadas en las diferentes áreas del proceso productivo y durante la manipulación de la fruta.
Entre los requisitos fundamentales están:
– Bañarse a diario
– Usar inodoros (letrinas) en el campo
– Lavarse adecuadamente las manos
– Usar ropa limpia
– Mantener las uñas cortas y limpias
– No usar objetos personales (anillos, aretes, relojes, cadenas, pulseras, uñas postizas, etc.) durante la jornada laboral.
Fuente: Ministerio de Agricultura y Ganadería.