El agua de riego y de uso agrícola

El riego es la aplicación controlada de agua en un terreno a fin de suministrar los niveles de humedad necesarios para el desarrollo apropiado de la planta. La irrigación juega un papel importante en la instauración de tierras cultivables, pero también el agua es el medio más propicio para propagar la contaminación biológica o química, ya que, en el riego, el agua entra en contacto con cultivos a los que se les han aplicado fertilizantes y plaguicidas, además, de que recoge residuos de proceso de lavado, encerado, desinfección de productos y otros.

Dentro de los cuidados que deben tener con el agua de riego, se tiene:

– Analizar al menos dos veces al año la calidad microbiológica y físico-química de las fuentes de agua que se están utilizando (pozo, canal abierto, embalses, ríos, lagos, etc.) y comprobar que se está cumpliendo con lo estipulado en la norma que para tal efecto establece el Ministerio de Salud.6 La frecuencia de los análisis
variará en función del origen del agua y de los riesgos de contaminación ambiental, incluida la contaminación temporal o intermitente (lluvias torrenciales, inundaciones, etc.). Además deben mantenerse registros de los resultados y de las medidas correctivas en el caso de no cumplir con las normas establecidas.

– Cuando la calidad del agua no es óptima o se desconoce, se deben considerar otras fuentes alternativas de agua para prevenir la contaminación, o bien, aplicar medidas correctivas, por ejemplo, a un pozo; tratando el agua (filtración, cloración, etc.)

– En el caso de los pozos el área de amortiguamiento será de un radio de 10 m, no se deben sembrar plantas o árboles en los primeros 2 m que circundan el pozo.

– Para estabecer las necesidades de riego, se recomienda llevar a cabo mediciones periódicas, fundamentadas en los requerimientos del cultivo y en datos diarios como precipitaciones pluviales, evapotranspiración, textura del suelo, entre otros. No olvidar llevar el registro correspondiente.

– Se deberán mantener registros del consumo de agua en el cultivo, que indiquen fecha de riego y el volumen de riego.

– No deben utilizarse aguas residuales no tratadas para el riego.

– El sistema de riego debe estar en buen estado para evitar contaminación en el transporte o en la aplicación del agua y para garantizar que dicha aplicación se haga según las condiciones establecidas en el plan de riego.

– En el plan de riego se debe establecer una revisión periódica del sistema de riego y de sus implementos, así como un plan de mantenimiento de dicho sistema.

– La toma de agua para riego se debe ubicar en la parte superficial de la fuente para evitar la remoción de lodo y disminuir el riesgo de contaminación física, química y biológica.

– Los sistemas de almacenamiento de agua deben permanecer limpios y protegidos de fuentes externas de contaminación; además, deben permitir una fácil conducción del agua hacia el cultivo.

– Los alrededores de la toma y de las fuentes de agua deben estar claramente señalizados y protegidos.

– Se debe monitorear el caudal de agua y otras fuentes de agua (al menos dos veces por año).Se debe aplicar tratamiento a las aguas residuales que puedan contaminar el suelo o las fuentes de agua.

– El agua que se emplea para lavar, encerar, limpiar y desinfectar la fruta, así como para lavar instalaciones y equipos debe ser potable.

– La concentración de cloro libre residual en el agua y el pH se deben monitorear continuamente durante el lavado y el procesamiento. La concentración de cloro debe ser de 100 a 150 ppm, mientras que un pH entre 5,0 y 6,0 es el más adecuado para lograr una desinfección efectiva.

– El agua que se recicle debe recibir tratamiento y se debe mantener en condiciones tales que no representen un riesgo para la inocuidad de la fruta. Podrá emplearse sin ningún tratamiento siempre y cuando su uso no represente un riesgo.

– Los filtros, el tanque de almacenamiento, el clorinador automático, los sistemas de alarma, etc. deben ser inspeccionados y recibir mantenimiento periódicamente para garantizar la potabilidad del agua.

– Deben mantenerse en condiciones higiénicas (limpias y desinfectadas) las superficies que entren en contacto con el agua, como tanques de recepción y almacenamiento, canales de entrada, tanques y duchas de lavado. Para ello, deben aplicarse los Procedimientos Operacionales Estándares de Saneamiento (POES).

Fuente: Ministerio de Agricultura y Ganadería.