Intento de autorregulación
Diferentes tratadistas han promovido la regulación en el uso de Internet, ya que como es sabido, el aparente anonimato que permite el acercamiento entre los individuos no siempre es empleado para los mejores fines. Sin embargo, estas propuestas no han prosperado debido a que una de las principales características de la red de redes es la promoción de la libertad de expresión, misma que se vería gravemente limitada de resultar procedente una regulación de esta naturaleza.
Por lo anterior, es que cada día crecen las demandas provenientes de la sociedad civil y de las empresas que marcaron la pauta en Internet para promover y adaptar políticas de autocensura que prohíben la publicación de imágenes pornográficas, además de los grupos de discusión que desalientan el uso del lenguaje inapropiado, con miras a desarrollar y estructurar la red de modo armónico y equilibrado, para que responda a los intereses y necesidades esenciales del hombre actual.
Con apego a estos principios, uno de los principales países en introducir códigos de conducta en la red fue Francia, a los que denominó “netiquettes” o reglas de etiqueta en la red.
De esta forma se planea manejar una autocensura que no tendría sanciones legales, sino que el control se produce en el usuario de la computadora, lo que nos convertiría en “legisladores digitales” de nuestros actos, aclarando por supuesto que debe necesariamente encontrarse involucrado directamente el Estado en la elaboración de campañas y políticas que contribuyan a alcanzar este propósito, así como para dar atención a las denuncias que llegaran a presentarse por aquellos usuarios que tuvieran conocimiento de un delito cometido en el ciberespacio.
Fuente: Apuntes de Derecho informático de la FCA de la UNAM