El surrealismo
Surréalisme es un término francés compuesto del prefijo sur y el nombre réalisme. La primera vez que aparece es en el título de la obra de Apollinaire «Las tetas de Tiresis. Drama surrealista«. Su traducción sería algo así como «superrealismo» o «sobre el realismo». De esa forma querría dar a entender el arte que está más allá de la realidad. De hecho en un principio la traducción española citaba «Superrealismo» o «Sobrerrealismo».
Hoy día ha permanecido el término Surrealismo, que no se debe confundir en la traducción española como «surrealismo», lo cual distorsionaría completamente el sentido de la palabra. El Surrealismo puede dar sentido por sí solo al movimiento vanguardista. La capacidad imaginativa y la sugerencia de sus construcciones mentales significaron, sin duda, una verdadera revolución en el arte posterior a la Primera Guerra. Aunque se haya dicho muchas veces que el Surrealismo viene directamente del Dadaismo es importante destacar los orígenes autónomos y propios del primero.
Lo cual no quita que tengan entre sí líneas de contacto y reflexiones comunes. Pero si el dadá es un arte que propugna destruir, provocar el caos y aniquilar, el Surrealismo construye de veras una concepción del arte y de la vida. Freud ejerce una influencia decisiva en el movimiento. Sus teorías acerca del mundo autónomo de los sueños, de la capacidad automática de la psiquis, del profundo y oscuro mundo interior de la mente -el subconsciente o inconsciente-aparecen como reveladoras de una nueva naturaleza del arte humano. Breton comienza a estudiar al psicoanalista vienés ya en 1916 -tres años antes de que se conocieran él y Tristan Tzara- y desarrollará un amplio caudal de conocimientos sobre dichas teorías.
Consecuencia de aquel conocimiento y del encuentro de varios artistas será el nacimiento de la revista Littérature fundada por André Breton, Louis Aragon y Philippe Soupault, nacida como consecuencia de la crisis del Dadá. Igualmente, en 1919 Breton y Soupault publican la que puede ser la primera obra surrealista: Champs magnetiques. Pero será 1924 el año decisivo: en ese año nacen las revistas Surréalisme y Révolution surréaliste y Breton redacta el Primer Manifiesto del Surrealismo. Ya para entonces se les han añadido nombres como Artaud, Éluard, Péret y otros.
El concepto surrealismo ya había sido citado por Apollinaire. Sin embargo, Breton aporta un nuevo contenido y una nueva significación. A partir de 1925 el movimiento se expande y politiza. Se publican cartas-denuncias dirigidas al papa, al dalai lama, contra la guerra, a favor de libertad para los delincuentes y para los locos. Su inclinación izquierdista no es óbice para sufrir la desconfianza del comunismo estalinista. La voluntad de los artistas surrealistas de militar en el comunismo se encuentra con la férrea burocracia del dogmatismo del partido francés (PCF). Ello no impide que el «Papa Breton» redacte su Segundo Manifiesto del Surrealismo en diciembre de 1929, donde criitcará a aquellos surrealistas «puros», que no han apoyado la revolución marxista.
Como consecuencia de aquella batalla dialéctica de varios años, con crisis en el grupo y cambios de posicionamientos, Breton, Éluard y Crével serán expulsados en 1933 del PCF. Quedan así dos tendencias surrealistas: una, identificada con el partido comunista francés, y otra, encabezada por Breton que se agrupa en torno a una tendencia de tipo trotskista.
Con la segunda Guerra Mundial el movimiento llega a América. Breton, exiliado en los Estados Unidos, funda allí la revista V.V.V., conoce a Trotski en México y propicia y apoya el efecto surrealista por todos esos países. A su regreso a Europa en 1945 insiste en difundir el movimiento surrealista. Pero ya Francia, y Europa, han entrado en la onda del existencialismo y del arte comprometido desde otros presupuestos. Son Sartre y Camus los nuevos creadores de opinión literaria. Sin embargo, Breton, respetado y elogiado, lleva su actitud de denuncia social hasta rebelarse contra la guerra de Argelia (1958).
Salvador Dalí ha sido el más destacado excéntrico en sus hechos, dichos automáticos, escritos y por supuesto obra. La relación de artistas que se mueven dentro del surrealismo es extensa: Duchamp, Max Ernst, Marc Chagall, Giorgio de Chirico, René Magritte, Yves Tanguy, Paul Delvaux.
Para algunos grandes maestros el surrealismo fue solamente una fase como para Joan Miró, el que en su etapa de grafismo infantiles se acerca al monigote. El Surrealismo fue una vía de escape para muchos artistas de los más diversos ámbitos, cabe citar a una Frida Kalho. Los maestros del Surrealismo supieron poner a presión la «gran libertad de espíritu» que Breton consideraba básica para hacer estallar la imaginación.
Fuente: Historia del diseño gráfico de la Universidad de Londres