Agua, desperdicios y lavida en el planeta Tierra
La vida en el planeta Tierra y las actividades del hombre dependen en gran parte de la circulación del agua terrestre. Este movimiento de agua en forma de vapor desde los océanos, lagos y ríos hacia la atmósfera, su condensación y precipitación de regreso hacia la superficie de la tierra, su flujo sobre el suelo y regreso al océano, su penetración al suelo y utilización por plantas que devuelven una parte de ella a la atmósfera por medio de la transpiración, y su regreso al mar por debajo de la superficie de la tierra se conoce como el ciclo hidrológico o ciclo del agua.
El hombre y los animales participan en este ciclo como usuarios de agua y productores de desperdicios en muchas formas.
Se ha calculado que el agua consumida en usos industriales en los Estados Unidos sumaba unos 280 mil millones de litros al día en 1950, unos 640 mil millones al día en 1967, y que alcanzará unos 860 mil millones al día para 1975.
El actual consumo industrial (1968) de 640 mil millones al día excede ligeramente a la cantidad de agua empleada en irrigación, y representa unas 7 veces la que se usa para fines domésticos. Casi toda esta agua se contamina de un modo u otro, requiriendo la purificación por la naturaleza o por el hombre, y luego se vuelve a usar.
El agua que bebemos tiene una historia de uso repetido, y si se pudiera conocer la trayectoria de una molécula dada, tal vez se descubriría que había experimentado el paso a través de un animal doméstico, la purificación parcial en su camino hacia el mar, purificación adicional en una planta para el tratamiento de agua potable, otra utilización como agua de enfriamiento en una enlatadora o fábrica de papel, nueva purificación al pasar por un sistema municipal para el tratamiento de aguas negras, y así sucesivamente en una repetición sin fin.
El contenido del drenaje municipal consta de agua en más de un 99%. Los desperdicios industriales, entre ellos los que proceden de la producción y procesamiento de alimentos, tienen una composición muy variable, pero generalmente contienen esta misma proporción de agua. Así se podría decir que el desperdicio de un hombre se convierte, en fin de cuentas, en el agua de otro.
Las industrias dedicadas a la producción y procesamiento de alimentos se interesan particularmente por tres amplios aspectos de la tecnología del agua; esto es, su pureza microbiológica y seguridad, las impurezas químicas que la hacen inapropiada para uso en el procesamiento de alimentos, y el grado de su contaminación después del uso.
El grado de contaminación siempre ha sido importante, ya que influye en la dificultad y costo del desecho de aguas de desperdicio. Ha ido adquiriendo mayor importancia en años recientes, desde que las leyes contra la contaminación prohíben algunas de las prácticas anteriores para el desecho de aguas de desperdicio.
Además, los grados de contaminación de aguas de desperdicio de las fábricas de alimentos más grandes con frecuencia exceden a la capacidad purificadora de las plantas municipales para el tratamiento de aguas de drenaje.
En estos casos se está obligando a las fábricas a instalar sus propios sistemas para la purificación de aguas de desperdicio, como una condición de la continuación de sus operaciones..
Fuente: Apuntes de Taller de Frutas y Hortalizas de la UNIDEG