Contextualización

Contextualización (¿Cómo se ve el problema desde otras disciplinas?)

Es muy conveniente que, desde el diseño de la investigación, se sitúe mínimamente el problema en otros contextos disciplinares, como el social, el económico, el político, el histórico, el ecológico, etc.

No hace falta profundizar demasiado en estas perspectivas; puede realizarse el ejercicio de contextualización desde la opinión del investigador. Se trata de enunciar posibles puntos de vista, desde el saber general del analista, y no de elaborar grandes discursos fundamentados sobre el tema.

Esto tiene algunas ventajas: Por una parte, es útil para la comprensión cabal del problema, sobre todo si el estudio se dirige a aportar elementos de juicio para comprenderlo, o incluso para ayudar a establecer políticas de solución, pues algunos factores, considerados desde perspectivas diferentes, pueden revelarse como obstáculos para la implementación de dichas políticas o estrategias.

Por otra parte, un planteamiento breve desde puntos de vista diversos le permite al investigador generar el interés por su trabajo entre una base más amplia de lectores, que, a su vez, pudieran continuar con esos estudios desde unas líneas diferentes, ayudando así a una mejor y más profunda comprensión del problema.

Por último, cuando el investigador se permite abordar el problema desde otras perspectivas, su propia comprensión se ve enriquecida, ya que puede darse el caso de encontrar aspectos del problema no abordados hasta entonces por él mismo, y podrá, además, aclarar la necesidad que pueda tener de recurrir a otras disciplinas auxiliares, pues ninguna ciencia da cuenta de la realidad total.

Así, por ejemplo, una investigación que pretenda establecer los porcentajes de ocupación que los anuncios espectaculares presentan en una avenida podría tener otras posibilidades de abordaje, además de la estrictamente mercadotécnica: sería interesante hacer un análisis desde la sociología urbana, por lo que toca a la utilización de espacios que son socialmente comunes; desde la comunicación podrían analizarse aspectos relacionados con la emisión masiva de mensajes; desde la arquitectura se podría estudiar el impacto que la práctica publicitaria de anunciar espectacularmente tiene sobre el paisaje urbano; desde la psicología se podrían establecer aspectos relacionados con la percepción de las personas que conforman el público al cual se dirige n los anuncios, etc.

Así, el investigador podría, en primer lugar, atraer a la lectura de su informe de investigación a personas no relacionadas estrictamente con la mercadotecnia, y, además – pero no menos importante – podría darse cuenta cabal de la utilidad que tendrán para su estudio mercadológico algunas disciplinas auxiliares.