Las reglas y normas en la familia
El concebir a la familia como sistema, involucra que las conductas de los individuos son interdependientes, mutuamente regulada y en alguna medida predecible. Este mecanismo regulador interno está constituido por un entramado de reglas implícitas y explicitas.
Las reglas explícitas corresponden a lo que por lo general llamamos normas. Son acuerdos negociados conscientemente, como por ejemplo, los horarios de las comidas. Las reglas implícitas son las que sirven de marco referencial para los actos de cada uno, para la posición comunicativa de unos respecto a los otros y el tipo de relaciones que mantienen.
Estas reglas comúnmente no son necesariamente percibidas como tales por los miembros de la familia, quienes sienten mas bien que actúan «naturalmente» o que están reaccionando a una determinada situación.
Muchas veces se producen conflictos entre las normas sociales y las reglas intrafamiliares, los cuales no siempre se resuelven bien. Así, las familias podrán desarrollar sistemas reguladores rígidos, con dificultad para modificar sus propias reglas ante el cambio externo. Estos sistemas podrían contribuir a que se origine patología en un miembro de la familia.
Por ejemplo, una familia en la que se valora la cercanía entre la madre y el hijo, puede desestabilizarse al momento de enfrentar una exigencia externa como es el ingreso al sistema escolar. El niño puede desarrollar una fobia escolar como un «intento homeostático» , en el sentido que impide así que la pareja parental enfrente sus propias angustias y dificultades para la autonomía.
Fuente: Manual de pediatría por el Dr. Eduardo Carrasco Bertrand de la escuela.med.puc.cl