Relación del equipo para el salón de belleza principal a escala pequeña empresa
Una de las primeras decisiones al elegir el equipo, se relaciona con el grado de flexibilidad o adaptación deseada. Las máquinas y herramientas se pueden clasificar como de propósito general y de propósito especial. Las máquinas de propósito general son las más flexibles y constituyen la mayoría de las máquinas y herramientas que se utilizan en la actualidad.
Por contraste, las máquinas de propósito especial están diseñadas para efectuar un solo trabajo. Tales máquinas tienen, por lo general, la ventaja de efectuar operaciones específicas, de manera más rápida y a mayor escala que las máquinas de propósito general. Sin embargo, se caracterizan por su falta de flexibilidad ya que un cambio en el diseño del producto puede requerir su desecho o cambio total.
Por lo común, la elección entre el equipo general y el especializado, implica un problema económico, considerando los siguientes aspectos:
1) El costo inicial que se debe cargar durante la vida útil prevista del equipo;
2) El costo laboral directo, y
3) El costo de preparación.
La vida útil de un equipo con propósito especial, construido con métodos convencionales, por lo general termina bruscamente cuando ocurre un cambio en el modelo del producto o en el proceso, el cual altera la operación para la que se diseñó.
El aumento de la vida esperada de los equipos permite amortizar su costo original durante períodos más largos y disminuye su tasa de obsolescencia, lo que hace más atractiva su compra y su futuro en la empresa es más prometedor.
En el diseño o selección de cualquier equipo, existen dos principios fundamentales que deben tomarse en cuenta:
1) Debe ser fácil de instalar, operar, dar servicio y reparar, y
2) Debe suministrarse con mecanismos de seguridad para prevenir problemas onerosos debido a una operación inapropiada.
Fuente: Secretaría de Economía de México