Abstinencia de opiáceos con delirium
El delirium inducido por opioides se presenta con mayor frecuencia cuando se utilizan dosis elevadas, se mezclan con otras sustancias psicoactivas o existen antecedentes de un daño cerebral previo.
El cuadro puede presentase durante la intoxicación o la abstinencia y se caracteriza por una tríada clásica de síntomas consistentes en obnubilación de la conciencia y estado confusional, alucinaciones e ilusiones vívidas en cualquier modalidad sensorial, y temblor intenso. Pueden aparecer también ideas delirantes, agitación, insomnio, inversión del ciclo sueño-vigilia y síntomas de excitación del sistema nervioso vegetativo.
El tratamiento consiste en descontinuar el consumo de opioides, el cuadro clínico generalmente revierte de manera espontánea, por lo que en caso de persistir, deberá indagarse la presencia de comorbilidad asociada para definir las pautas terapéuticas más idóneas.
El manejo de la intervención se proporcionará en el segundo nivel de atención por personal de salud médicas(os), enfermeras(os) y personal auxiliar: psicólogas(os) y trabajadores sociales.
En muchos casos, posiblemente entre la mitad y la mayoría de ellos, puede existir simultáneamente un trastorno psiquiátrico, siendo los más frecuentes: Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), Trastorno Depresivo Mayor, Trastorno de Ansiedad Generalizada, Trastorno de Pánico, trastornos psicóticos primarios como la Esquizofrenia y secundarios al consumo de las sustancias psicoactivas.
El delirium es una alteración grave de las funciones mentales superiores con cambios en el estado de alerta y atención (fluctuaciones), alteraciones emocionales y psicomotrices, también conocida como Síndrome Orgánico Cerebral o Estado Confusional Agudo.
En estos casos, esta alteración debe entenderse no como un problema psiquiátrico primario (en sí mismo), sino como la consecuencia directa de una grave alteración física general que repercute en el estado mental. Por tanto, la intervención debe basarse en resolver el problema físico subyacente, aunque en algunos casos los pacientes pueden requerir manejo psiquiátrico para los componentes alucinatorio y de descontrol conductual.
El manejo intrahospitalario es a base de medidas generales de sostén y estabilización cardiorrespiratoria, control de las crisis convulsivas y el cuadro de delirium. En algunos casos se requiere manejo en terapia intensiva, principalmente para monitorización cardiovascular. La estancia es variable, dependiendo de la severidad del cuadro.
Medicamentos
Auxiliares de diagnóstico
- Electrolitos séricos.
- Glucosa sérica y su determinación inmediata por glucometría.
- Nitrógeno ureico en sangre.
- Creatinina sérica.
- Gases sanguíneos arteriales.
- Osmolaridad del suero.
- Brecha osmolar calculada.
- Análisis de orina: general y para detección de drogas de abuso.
- Electrocardiograma.
- Rayos X: telerradiografía simple de tórax y simple de abdomen.
Fuente: Catálogo universal de servicios de salud (CAUSES) 2012