Primeros alfabetos
En Egipto, en 1500 a.C., se había establecido un alfabeto de 24 símbolos consonantes. Los fenicios, 1000 años antes de Cristo, a través de las tribus semitas del norte, transmitieron este primer alfabeto, y lo adoptaron gradualmente hasta sentar las bases de los alfabetos empleados actualmente en Occidente. Esto ocurría 850 años antes de Cristo, y ya se utilizaban como soportes pieles y tablillas enceradas.
En el siglo I los romanos ya manejaban un alfabeto idéntico al actual, a falta de la J, la W y la V. También aplicaban diferentes tipos de escritura. Se desarrollaban ya las variantes y estilos tipográficos fundamentales. El Imperio Romano fue decisivo en el desarrollo del alfabeto occidental, por crear un alfabeto formal realmente avanzado, y por dar la adecuada difusión a este alfabeto por toda Europa conquistada. Los estilos fundamentales que registraba la sociedad romana eran: Quadrata, Rústica y Cursiva. Quadrata eran las mayúsculas cuadradas romanas, originalmente cinceladas en piedra. Rústica, las versiones menos formales y más rápidas en su ejecución. Cursiva se denominaba a varias modalidades de inclinación de las mayúsculas.
De entre las grandes aportaciones de los romanos a la tipografía, una destaca especialmente: el establecimiento de un canon de escritura muy perfilado, la columna Trajana (Roma, 114 d.C.). Los caracteres muestran un pequeño pie para compensar el ensanchamiento óptico de la parte central de los rasgos verticales y establecer una base imaginaria de línea.
Fuente: Introducción a la tipografía de la Universidad de Londres