Intención educativa
En este camino, fue importante ir reconociendo los supuestos en los que basamos nuestra práctica. La reflexión permitió significar muchos elementos escondidos y a veces desconocidos que suponen intencionalidad específica en el hacer.
El concepto fundamental que orienta la búsqueda de las acciones educativas es el de la «intención educativa». Para este caso se comprende como la finalidad o meta de formación y desarrollo última que cada docente se propone lograr con sus alumnos y que implica tanto los conceptos que sobre educación tiene, como los correspondientes a la enseñanza- aprendizaje.
En este sentido, es necesario reconocer que en el desarrollo de un programa no solamente existen los objetivos del mismo, sino que el trabajo derivado de él está mediado por los propósitos personales del educador respecto a metas de transformación y superación señaladas para sus estudiantes, tanto en lo individual como en lo grupal. Son estas intenciones educativas las que definen el rumbo que cada persona ha de tomar y por la cuales cada profesor imprime su sello personal en su desarrollo, a pesar de que se utilicen los mismos programas incluso los mismos materiales de apoyo para el proceso enseñanza-aprendizaje entre otros factores intervinientes.
La intención educativa del conducto curso, programa o actividad, le lleva entonces a proponer formas de trabajo que permitan al otro apropiarse de los contenidos, principalmente. Pero este aprendizaje se refiere también a la adquisición de metodologías de estudio, de trabajo, de comprensión, de habilidades para la transferencia y aplicación de los contenidos, por señalar solamente algunas de las metas que proponemos los docentes. Estas intenciones son, pues, muy variadas, con diferente nivel de amplitud y profundidad, y dependen de la formación profesional y experiencia de los maestros.
Al hablar sobre el tema con otros docentes, se puede encontrar que hacen referencia a intenciones educativas tales como, por ejemplo, el querer que un alumno aprenda a sumar o restar no por la operación en sí misma, sino para resolver problemas de su vida diaria; que- aprendan a escribir bien, porque les va a servir para comunicarse, etc. Las intenciones son orientaciones o criterios de definición para el tipo de actividades que se realizan en el proceso enseñanza-aprendizaje, las que representan el momento y la forma a través de las cuales tienen su concreción.
Es decir, cuando la intención se vuelve acción. Sin embargo, como sucede con muchas de las motivaciones humanas, las intenciones educativas no son del todo -a veces nada conocidas por el propio docente. Así, la actuación de este último responde a roles que se definen y validan por la experiencia y el contacto con los iguales, en el contexto de la institución en la que se desempeña, dejando de lado, voluntaria 0 involuntariamente, sus propias metas. Pero aun cuando sean conocidas, esto no da ninguna seguridad de que se propongan y realicen las actividades necesarias para su consecución. Sucede, entonces, que los docentes guiamos el proceso enseñanza-aprendizaje con ciertos fines y, con demasiada frecuencia, los haceres y los productos son diferentes en extremo a lo que nos proponíamos lograr.
Finalmente, la noción de enseñar que cada profesor se forma estaría integrada por toda una gama de intenciones educativas que se basan en una formación teórica, en la experiencia personal y el contacto con otros docentes. De tal manera, las intenciones educativas no son concepciones aisladas que orientan a la práctica docente, sino que se integran en un cuerpo de saberes que permiten el hacer cotidiano en la docencia.
Autor: Luciano González Velasco, Coordinador académico de la Maestría en Educación con Intervención de la Práctica Educativa de la Secretaría de Educación.