Desarrollo histórico del paradigma cualitativo
Si me hubieran hecho objeto sería objetivo, pero me hicieron sujeto.
José Bergamín
La investigación cualitativa no constituye ninguna novedad, aunque a veces así parezca; tiene remotos antecedentes en la cultura grecorromana, y algunos aspectos característicos de ese procedimiento general fueron usados por Herodoto y Marco Polo, quienes usaban los datos, obtenidos a partir de lo que hoy llamaríamos “entrevistas de campo”. Sin embargo, en una perspectiva moderna sus antecedentes se encuentran en autores como Dilthey, Ricoeur, Schutz y Weber, y se relaciona estrechamente con escuelas como la fenomenología, el interaccionismo simbólico, la etnometodología y la sociología cualitativa.
Es necesario señalar algunas modalidades con las que, desde este paradigma, se realizan procesos similares de investigación, para alcanzar una categoría general que las unifique: La modalidad cualitativa de investigación.
Entre otras, se pueden reconocer las siguientes estrategias: Estudios Etnográficos y de Observación Participante; Entrevistas a Profundidad; Historias de Vida; Análisis de Casos; Estudios Fenomenológicos, Constructivistas, Etnometodológicos y de Interacción Simbólica. Todas esas modalidades y algunas otras pueden conjuntarse bajo el término interpretativo. Frederick Erickson señala tres argumentos que justifican el uso de ese concepto; dice al respecto:
“La razón para optar por este término para referirme a la familia de enfoques de investigación participante y observación, la adopto por tres razones:
a) Es más inclusiva que las otras; v. g. Etnografía, Estudios de Caso.
b) Evita la connotación de definir estos enfoques como no cuantitativos (una connotación que lleva al término cualitativo), ya que la cuantificación puede utilizarse, con frecuencia, en el trabajo interpretativo.
c) Señala el aspecto clave de semejanza de esta familia de investigación con sus diferentes enfoques, como es el interés del investigador por recuperar el significado humano a la vida social y su interpretación y exposición hecha por el que investiga”
Utilizar el término interpretativo nos conduce a otro concepto, utilizado también para nombrar este tipo de investigación, que es el de hermenéutico, ya que remonta su origen etimológico al griego, en relación con Hermes; el dios mensajero, con toda una serie de concepciones derivadas de esa raíz lingüística, generalmente referidas al análisis de los mensajes, de los significados y de los discursos:
a) Para que Hermes pudiera transmitir el mensaje a los dioses, debía poseer un dominio, a nivel de conversación, de la lengua que usaban los mortales, destinatarios del mensaje.
b) Debía entender e interpretar él mismo aquello que los dioses deseaban transmitir, antes de traducir, articular y explicar su intención a los mortales.
Kurt Müller-Dollmer, al hablar de la hermenéutica señala:
“Para describir las diferentes facetas de las tareas de Hermes, los mortales modernos tienen a su disposición un conjunto de términos tales como competencia lingüística, comunicación, discurso, comprensión e interpretación. Contemplar las tareas de Hermes puede precavernos con claridad sobre las complejidades que subyacen en el término hermenéutica, y lo que implica en sí misma esta tarea”
Aún cuando el término ya era usado por Aristóteles y la escuela de Alejandría en la antigüedad, lo mismo que en la Edad Media, fue hasta después, a partir del Renacimiento, con la Reforma Protestante y en épocas posteriores, que la hermenéutica toma la forma de disciplina, utilizada para interpretar el origen lingüístico y la interpretación jurídica de textos sagrados.
Durante el Iluminismo se desarrolló la intención desistematizar el conocimiento; la interpretación o hermenéutica se convirtió entoncesen un área de la Filosofía. Es importante la aportación de Schleirmacher, que unió y sintetizó las principales tendencias de las antiguas escuelas que peleaban por una visión lógica de análisis, y que también propuso el arraigo de la hermenéutica en la comprensión.
En los siglos XVII, XVIII y XIX se desarrollaron las ciencias que se llamaron positivas, que dan valor a los objetos mensurables y cuantificables de la realidad. Dicha valoración permitió el desarrollo la teoría de la probabilidad en la estadística, y se propuso a la ciencia y al quehacer científico como la única y verdadera base de cualquier investigación. El mundo del conocimiento fue dominado por las ciencias naturales, de tal manera que el saber científico alcanzó un mayor valor social que cualquier otra forma de conocimiento, al considerársele fiable, objetivo e independiente de las motivaciones de los investigadores.
Ese enfoque ha llegado a tal grado, que aún hoy, frecuentemente se asocia todavía el prestigio de una ciencia con los méritos de “cientificidad” que pueda mostrar en la adquisición de sus saberes.
Poco a poco, sin embargo, fue apareciendo un enfoque distinto para la investigación, marcado por una influencia antropológica; se fue generando una nueva sensibilidad, a través de los trabajos de Franz Boas, Margaret Mead, Ruth Benedict, Ralph Linton, etc. Sin embargo, por importantes que fueran sus estudios, el interés en la investigación a partir de datos de campo declinó hacia el final de la década de 1940 y principios de la de 1950, debido a la preeminencia de grandes teorías, política y socialmente más reconocidas.
Una influencia importante para lo que hoy llamamos “paradigma cualitativo”es la del pensamiento de la Fenomenología, como un necesario antecedente filosófico para el punto de vista interpretativo, que ha llevado también a conocer este gran método con el nombre de fenomenológico .
En lo referente a la postura fenomenológica, son importantes los trabajos de Husserl, sobre todo por la reflexión que realiza, ya que establece una diferencia entre un acto, su contenido psicológico y lo que las personas pretenden a través del acto; es decir, su significado.
Hacia la década de 1960 resurgió el empleo de los métodos cualitativos. Los antropólogos se preocupaban por captar los restos de civilizaciones que iban desapareciendo. Junto con ello, hacia los años 60 y 70, el marco de los estudios sociales, culturales y de personalidad fue cambiando, debido a la influencia de la preocupación social que se tenía en Estados Unidos hacia los grupos minoritarios. Los investigadores giraron su interés, desde lo exótico hacia lo común en las zonas urbanas, para realizar lo que se denominó “antropología comprometida con la acción social”.
Se inició una corriente de estudio sobre los culturalmente desaventajados, caracterizada por una orientación hacia fenómenos educativos. Se tomaron preocupaciones de la escuela británica, que desde 1920 se preocupó por estudiar las normas de los grupos sociales. Destaca en esta corriente el trabajo de Malinowski, quien en sus estudios de campo adoptó un enfoque descriptivo – interpretativo de la realidad, observó la cotidianeidad y cómo las personas analizan los problemas de sobrevivencia. Otra corriente es la sociolingüística, que comienza a tener trascendencia en áreas como la etnociencia.
Ahora bien; si atendemos a los procesos mediante los cuales se obtienen los conocimientos desde la perspectiva cualitativa, nos daremos cuenta de que se inician a partir del punto de vista de los sujetos. El investigador toma como punto de partida para su análisis a las experiencias vividas por otros seres humanos, a quienes considera conocedores legítimos de su realidad.
Contrariamente a los procedimientos hipotéticos – deductivos, en lugar de tomar como punto de partida una teoría, para deducir hipótesis y diseñar unas observaciones destinadas a la demostración de un saber sostenido por el científico experto, aplicable a una generalidad y sostenido por conteos y mediciones, el investigador cualitativo identifica fenómenos de la realidad cotidiana, diseña sus instrumentos de observación y da cuenta de aconteceres y significados, en busca de patrones significativos que le permitan comprender profundamente la realidad; va de lo particular a lo general, pero no pretende establecer generalizaciones más allá de los límites en que sucede lo que observa. Así pues, realiza un proceso de inducción. Por ello, al paradigma cualitativo se le llama también, en ocasiones, inductivo.
De manera muy sintética, podemos decir que las grandes corrientes que podemos calificar como antecedentes de la investigación cualitativa son:
1. La corriente funcional – estructural de la antropología social británica.
2. La corriente de cultura y personalización de la antropología cultural norteamericana.
3. La corriente de lingüística antropológica, representada por la sociolingüística y la etnociencia; y
4. La corriente de interacción simbólica (o etnometodología), desarrollada por sociólogos, lingüistas y fenomenólogos, quienes se basan en la noción de“grounded theory”; es decir, teoría que emerge de los hechos, de los datos, y que tiene relevancia y significado, además de contestar preguntas sobre el cómo y el porqué de ciertas situaciones y eventos.
Los enfoques de sociólogos, antropólogos, psicólogos, pedagogos y otros estudiosos dedicados a la investigación cualitativa actualmente, son sorprendentemente similares. A veces es difícil distinguir entre la antropología cultural y la sociología cualitativa. De manera similar, algunos psicólogos de orientación cualitativa podrían ser considerados sociólogos, pedagogos o antropólogos.
Todos ellos reconocen en las personas a unos sujetos que pueden contribuir al conocimiento desde sus experiencias cotidianas, más que a unos objetos de estudio que conforman un campo para la confirmación del saber del investigador. También reconocen que los fenómenos de la vida cotidiana pueden generar un saber válido y útil, aunque éste no sea generalizable a la totalidad de las poblaciones.