Área terrestre cultivable desde el punto de vista energético
Las necesidades alimenticias de cualquier ser humano son, por una parte, detipo energético y, por otra, como materiales plásticos indispensables para el crecimiento, mantenimiento y funcionamiento de los tejidos del organismo en forma de proteínas, lípidos, vitaminas, minerales, etcétera.
Si abordamos el problema desde el punto de vista energético, considerando una dieta mínima de carbohidratos equivalente a 2500 kcal/día, lo cual corresponde aproximadamente a 700 gramos de trigo, arroz o maíz.
Si se toma en cuenta que en ciertas regiones del planeta las cosechas anuales de maíz por hectárea, con los insumos necesarios, llegan a alcanzar la cifra de 6 000 kilogramos, es decir 60,000 kcal/ha/día, éstas servirían para alimentar diariamente a 24 seres humanos por hectárea en tierras de alta calidad.
Por lo tanto, por extrapolación, la población humana actual, con un poco más de 5 600 millones de individuos, pudiera alimentarse con base en 233 millones de hectáreas (5600 = 233 = 24.0).
Sin embargo, actualmente 1 500 millones de hectárea s se cultivan para dar alimentos, fibras y otros productos. Es decir, se emplea una hectárea para alimentar a 3.7 seres humanos. La respuesta está en que, por una parte, el área cosechada únicamente comprende de un medio a dos tercios del total de la tierra cultivable y el resto son tierras en descanso o pastizales.
Además hay que considerar que el 10% de la tierra s e dedica a cultivos no alimenticios como algodón, tabaco, hule, café, té yute. Otra fracción semejante se utiliza para alimento del ganado y aves que, dicho sea de paso, consumen de cinco a 10 veces más energía de lo que contienen como alimento.
También hay que tomar en cuenta que las plagas destruyen del 10 al 20% de todo el alimento y un determinado porcentaje se utiliza como semilla en siembras posteriores.
Así, la principal razón para cultivar más de 200 millones de hectáreas, es el bajo nivel de cosecha en todo el mundo. En lugar de seis toneladas métricas por hectárea cultivada en promedio, en óptimas condiciones, en México, la India y Pakistán en grandes áreas se cosecha apenas un poco más de una tonelada de trigo o arroz por hectárea. El nivel de tecnología agrícola para la mitad de la tierra cultivada es muy bajo.
Si se toma en cuenta que la superficie terrestre continental (sin contar la Antártida y Groenlandia) corresponde a un área de 14 900 millones de hectáreas, pero que, de este total, 2 600 millones no son arables, debido a las temperaturas bajo cero durante nueve meses del año, y que sólo tres meses al año otros 1900 millones de hectáreas tienen suficiente humedad por lluvias o agua almacenada en el suelo, no hay posibilidad de riego; por lo tanto, resta un total de 10 400 millones de hectáreas.
Sin embargo, después de un estudio en 1967, se llegó a la conclusión de que sólo podrían cultivarse 3 200 millones de hectáreas y se clasificaron los suelos en 13 grupos geográficos. Los 3200 millones de hectáreas representan el 24% de la tierra cultivable y éstas, a su vez, corresponden a 2.3 veces el área cultivada actualmente (1500 millones de ha), de las cuales 0.3 requieren de irrigación.
Asimismo, se debe añadir que aun contando con el área cultivable necesaria, se requiere de energía adicional para la producción de alimentos y, en el caso de los fertilizantes, éstos suministran cerca de un tercio del consumo total de energía que requiere el cultivo.
En los últimos 40 años, se debe a los fertilizantes, por lo menos, del 30 al 40% de la productividad de los cultivos. Los vegetales sólo utilizan cerca del 50% del nitrógeno y del carbono, y 35% del fósforo y el potasio aplicado como fertilizantes.
Una agricultura industrial, que depende del petróleo, con un requerimiento energético anual de 135 kilocalorías por metro cuadrado, produce un equivalente energético de 1 000 kilocalorías. Es decir, el uso de 135 kilocalorías provenientes del petróleo contribuye a captar 865 kilocalorías de la energía solar en forma de biomasa.
Esta relación entre calorías requeridas/calorías del alimento producido, varia de 0.1 en cultivos de arroz a 0.3 en la producción intensiva de maíz o soya. En general, la producción intensiva de los principales granos en el comercio internacional (por ejemplo: maíz, trigo, arroz y soya) origina de dos a cinco calorías en forma de alimento para uso humano y animal por cada petrocaloría usada.
En resumen, podría concluirse con base en los datos que se tienen, que aunque hay suficiente área cultivable y existen las técnicas modernas agrícolas para obtener
Máximos rendimientos de productos alimenticios necesarios para sostener a una población en constante crecimiento, esto no es factible en la realidad, ya que como sucede con los recursos hídricos, éstos no están re partidos; uniformemente a lo largo y ancho del planeta.
La agricultura no se puede efectuar por igual en todos los países; por ejemplo, en unos el agua es un factor limitante o por el contrario, aunque en otros abunda, el suelo no es el más adecuado para utilizarlo en u n sistema artificial como es el agroecosistema, que requiere cada vez más de insumo s a precios elevados originados por la crisis de los energéticos de origen fósil.