La retención como problema educativo

Cuando se llega al final del año escolar, y algún niño no ha podido comprender el trabajo académico requerido, se podría tener que llegar a una decisión difícil de tomar: ¿Debería el niño repetir el año, o se le debería promover para los beneficios sociales? Si usted es padre o guardián que tiene miedo de esa decisión, las investigaciones recientes podrían alumbrar la situación para saber qué decisión tomar.

Es una decisión que se debe tomar con mucho cuidado, teniendo mucha reflexión, bastante información y los mejores intereses para el niño. Las autoras del Laboratorio Educativo Regional del Noroeste, Jennifer Fager y Rae Richen han estado estudiando las investigaciones recientes en su nuevo folleto titulado «Cuando los Estudiantes no Logran el Exito: Alumbrando la Situación de la Retención de Niños.»

El folleto dice que «el reprobar» al niño (ahora se le llama «retención») era algo común en las escuelas públicas de estados Unidos a principios de este siglo. En ese tiempo, como un 20 por ciento de los niños eran reprobados. La promoción social, el avanzar al niño aún cuando no cumpliera con todas las competencias académicas mínimas, se volvió algo prevaleciente cuando los psicólogos y educadores vieron que la retención estaba produciendo efectos psicológicos y sociales negativos para el niño reprobado.

Ahora, con el movimiento de estándares académicos más altos, la promoción social y la retención en el mismo grado se encuentran bajo escrutinio. Algunas escuelas procuran evitar ambas situaciones. Hoy en día, casi todos están de acuerdo en que los estándares académicos deben ser altos. Muchos maestros y mucha gente creen que podría haber beneficios en la retención de los niños en el mismo grado, porque los niños maduran, alcanzan a aprender lo que no habían aprendido, y mejoran en sus conocimientos.

Pero hay que tener cuidado: el repetir el mismo año con el mismo curriculum y con la misma presentación podría en último caso producir desilusiones.

Esto sería en realidad una mala alternativa a la promoción social. La investigadora nacionalmente reconocida, Linda Darling-Hammond, dice: «La premisa de que la retención en el mismo año sea una solución al pobre desempeño es que el problema, si es que hay alguno, reside en el niño y no en la forma de educación que el niño haya tenido.» Con la investigación reciente, muchos educadores ahora creen que la retención causa más daño que el provecho que se le achaca.

La decisión de promover o retener a los niños se debe enfocar en los beneficios para los niños que necesitan adquirir los conocimientos necesarios para seguir adelante en la escuela y llegar con el tiempo a graduarse. Si se planea y se lleva a efecto adecuadamente, la retención podría ser la respuesta en algunos casos. La prevención, no la retención, es la mejor respuesta de todas.

Fuente: Northwest Regional Educational Laboratory