La preparación del suelo para el cultivo de la piña

Para preparar adecuadamente el suelo es importante considerar el sistema de siembra. Si las condiciones lo permiten, lo recomendable es utilizar cero labranza o labranza mínima, lo que ayuda a reducir la erosión.

Después de limpiar el terreno, vienen las labores de rastrea y subsolado. En zonas de alta precipitación, y dependiendo de las condiciones del terreno, la formación de camas o surcos altos resulta indispensable. La planta de piña tiene un sistema de raíces poco profundo, por lo que es importante hacer una subsolada profunda; así las raíces podrán penetrar más y la planta se podrá desarrollar mejor.

Para evitar la degradación del suelo (pérdida de fertilidad, erosión hídrica, etc.) hay que distribuir muy bien los drenajes y los caminos; es decir, hacer un buen diseño de la siembra. Se recomienda sembrar plantas en los taludes, ya sean gramíneas u otras especies, para reducir la erosión. Para facilitar la siembra en los taludes se utiliza un método que se conoce como hidrosiembra, que posibilita el establecimiento de especies vegetales en zonas con alto riesgo de pérdida de la semilla.

Fuente: Ministerio de Agricultura y Ganadería.