Pudrición gris en el cultivo de la fresa
Es la enfermedad más importante que daña al fruto, pero también perjudica a las hojas y pecíolos, yemas, pétalos y pedúnculos florales. El daño suele ser a los frutos, tanto verdes como maduros e incluso una vez cosechados. La infección suele tornarse muy agresiva por su viabilidad dentro de un intervalo amplio de temperaturas, aunque el óptimo se encuentra entre los 15 y 20°C, y ser la humedad el factor desencadenante.
En cultivos al aire libre, es suficiente una temperatura ambiental por encima de los 12°C y lluvia o roció que produzcan agua libre sobre las flores y frutos durante unas horas, para que germinen las esporas y se produzca la infección.
La sensibilidad de la flor a la infección, varía de acuerdo a su estado de evolución y la variedad. Las flores desnudas son menos susceptibles, los estados de fruta verde recién formada son las más sensibles de infectarse.
La infección en el fruto se presenta en cualquier parte. Aunque es muy frecuente que ésta se produzca en la inserción del cáliz o en los puntos de contacto con otro fruto atacado o con el suelo en cultivos sin acolchado plástico. Los frutos afectados conservan su conformación y de manera posterior, el hongo produce usualmente un tejido gris aterciopelado muy característico sobre la superficie del fruto.
Fuente: Secretaría de Desarrollo Agropecuario Instituto de Investigación y Capacitación Agropecuaria, Acuícola y Forestal del Estado de México.