Leche materna, baja de peso e ictericia
Se trata de dos situaciones clínicas que se han asociado con niveles altos de bilirrubina y que el médico debe enfrentar con mucha frecuencia. Numerosos trabajos muestran que epidemiológicamente, los niños alimentados al pecho, tienen cifras promedio más altas de bilirrubinemia y más prolongadas que los recién nacidos alimentados con fórmula.
La explicación de esto no está totalmente dilucidada. Esto no ocurre con la leche humana que además tiene alta actividad de B-glucuronidasa. En los RN alimentados al pecho se ha observado menor bilirrubina excretada en las deposiciones. Esto y la composición lipídica de la leche humana sería la explicación para este hecho.
El inicio precoz de la lactancia y las mamadas frecuente en los primeros días (mas de 8 en 24 hrs) han demostrado que disminuyen los niveles altos de bilirrubina y deben ser considerados en las prácticas habituales de lactancia.
Un descenso de peso de más del 10% en el período neonatal se ha asociado con niveles más de bilirrubinemia. No es posible tener una información prospectiva controlada a este respecto, dado que éticamente no es posible diseñar un trabajo de este tipo.
Existe una experiencia clínica concordante por parte de quienes se han dedicado a este tema, de que una baja mayor del 10% del peso de nacimiento y lentitud para recuperar el peso de nacimiento, que con frecuencia es expresión de una hipogalactia materna, se asocia con cifras altas de bilirrubina.
Fuente: Manual de pediatría por el Dr. Javier Cifuentes R. y Dr. Patricio Ventura-Juncá T. de la escuela.med.puc.cl