Cultivo de truchas en jaulas suspendidas en cuerpos de agua aptos
Los cerramientos denominados “jaulas”, se hicieron populares desde hace más de una década y se los utilizó inicialmente en el cultivo comercial de salmónidos (del Atlántico, del Pacífico y trucha arco-iris, principalmente) para engorde realizado en mar o también, para el caso de cultivo en agua dulce. En varios países se efectúa o se efectuó el cultivo de los juveniles de salmón en la fase de agua dulce, hasta alcanzar el juvenil denominado smolt, apto para su traslado al mar, en lagos (Canadá principalmente), debido a su mejor rentabilidad.
Las truchas pueden cultivarse en mar o en agua dulce en el sistema de jaulas suspendidas. En el mar, el cultivo se realiza hasta que ellas se aproximan a la madurez sexual, alcanzando durante ese período 1,5 a 2,0 kg. de peso o más; mientras que en agua dulce los cultivos que se desarrollan en el país, alcanzan la talla que abarca desde el “pan size o plato”, hasta las más grandes, cercanas a 2,5 kg.
La mayor parte de los productores argentinos, llevan su producción hasta peso de 250 a 300 g o más en agua dulce, dependiendo de la rentabilidad que se busque y de acuerdo a la demanda; así como los precios ofrecidos en el mercado mayorista. Solamente una empresa, situada en nordpatagonia ha realizado cultivo en agua dulce, de trucha arcoiris,(individuos triploides) hasta alcanzar un peso cercano o más de 3 kg.
El sitio elegido para un cultivo en jaulas flotantes (en mar o agua dulce), debe ser protegido, con suficiente renovación de agua para asegurar la oxigenación normal, no siendo suficiente el propio movimiento continuo de las balsas jaulas. Se debe considerar la acción de las olas, las mareas y las velocidades de las corrientes detectadas. La profundidad por debajo de las jaulas es importante y deberá ser suficiente durante los más bajos movimientos del agua (mareas en mar o desniveles en embalses de generación eléctrica u otros usos).
Las tormentas y los movimientos fuertes (mareas sumadas a fuertes vientos) podrían afectar las estructuras, por lo cual los sitios deben elegirse cuidando de evitar pérdidas en la producción; descartando aquellos sitios accesibles, pero con vientos continuos durante todo el año. En general, las costas marinas probables para estos cultivos, presentan baja contaminación.
La elección del sitio deberá adecuarse además a la legislación existente en cada una de las provincias con litoral marítimo, ya que algunas áreas protegidas son restringidas y están destinadas a zonas de pesca, puertos, turismo u otros usos y las reglamentaciones definirán en cada caso, la carga autorizada por concesión, etc. Los fondos rocosos en mar, al igual que en agua dulce, se descartan debido a la dificultad de los anclajes; mientras que tratándose de fondos arenosos en el medio marino, se deberá considerar las fuertes corrientes que pudieran afectar el crecimiento de los peces en cautiverio.
Las temperaturas en el mar no fluctúan tan ampliamente como en las aguas dulces y las del invierno no son bajas, manteniendo el crecimiento en los meses invernales, obteniéndose peces de 1,5 a 2 años, cercanos a 2 Kg., requeridos en casas de familias, hoteles o catering.
Fuente: Dirección de Acuicultura. Gobierno de Argentina.