Composición óptica espontánea
Lejos de ser aleatorio, este método compositivo puede describirse como la disposición intencionadamente intuitiva de material en función de sus aspectos formales: esto es, consiste en ver las relaciones y los contrastes inherentes a un material determinado, y en establecer vínculos para el observador a partir de dichas relaciones.
En ocasiones, los diseñadores utilizan este método como un paso en el proceso de construcción de una retícula, pero su empleo como concepto organizador en sí mismo es igualmente válido.
Este enfoque adopta una forma rápida y flexible: el diseñador trabaja con el material de forma semejante como lo haría un pintor, tomando decisiones a medida que el material se reúne y se detectan las relaciones por primera vez. Cuando empiezan a interactuar las diversas cualidades ópticas de los elementos en cuestión, el diseñador puede determinar cuáles se ven afectadas por sus primeras decisiones, e ir haciendo ajustes para potenciar o anular las cualidades como resulte más adecuado para la comunicación.
La viveza inherente a este método guarda cierta afinidad con el collage; su inmediatez y franqueza pueden ser muy atrayentes para el observador, ofreciéndole una experiencia sencilla y gratificante muy accesible. El resultado es una estructura que depende de las tensiones ópticas de la composición y de su conexión con la jerarquía informativa que existe dentro del espacio.
Fuente: Apuntes Diseño Editorial de la U de Londres.