Deconstrucción lingüística

Las pistas verbales o conceptuales dentro del contenido también pueden utilizarse para romper una estructura reticular. El ritmo natural del lenguaje hablado, por ejemplo, suele utilizarse como guía para cambiar el peso, el cuerpo, el color o la alineación en las líneas de tipografía; las palabras pronunciadas con voz más alta o más rápido pueden componerse con una tipografía mayor, negritas, o bien en cursiva, en función de los énfasis y los intervalos del discurso real.

Si se le da una voz al lenguaje visual, ello puede ayudar a alterar la estructura de un texto, al alejar determinadas palabras de los párrafos, columnas ha establecer relaciones en las que la lógica natural de la escritura crea un orden visual. Por ejemplo, tratar todos los adjetivos de un modo determinado podría generar una estructura secundaria con un rasgo rítmico, orgánico.

Separar palabras o frases que pertenecen a un texto corrido atrae la atención hacia las partes individuales que conforman el discurso. A medida que aumenta el espacio entre ellas, el texto adquiere un aspecto de matriz, y el orden de lectura que el lector esperaba puede empezar a cambiar.

Aunque por lo general ello interferiría en la lectura, en algunos casos esta ambigüedad puede resultar adecuada para el contenido del texto, y producir asociaciones entre palabras o imágenes que remarquen el significado literal del texto.

Fuente: Apuntes Diseño Editorial de la U de Londres.