Comercialización del coliflor
La comercialización es el último eslabón de la cadena. La demanda es cada vez más selectiva, por lo que los problemas comerciales adquieren más importancia de día en día. Todo esto impone realizar un estudio del mercado al que irá el producto para cultivar aquellas variedades que permitan cubrir las apetencias de la demanda. Hay que tener presente las exigencias del consumidor; saber, por ejemplo, los tamaños y colores de pella más apetecidos, etc.
La coliflor es una hortaliza de invierno que incrementa su consumo con el frío, siendo los meses de mayor interés comercial los de octubre, noviembre y diciembre, aunque por ser su producción escalonada puede prácticamente cultivarse durante gran parte del año y, por tanto, disponer de ella en muy diversos momentos.
Con la conservación por congelación, la coliflor puede aparecer en los mercados en fechas en que no se produce, o conseguir una mayor regularidad de abastecimiento de los mismos. La coliflor congelada se presenta en el comercio bajo forma de cogollos de 3 a 5 cm de diámetro. Debido a cambios de color y sabor, su conservación en estado congelado no debe prolongarse por encima de los seis o siete meses, bajo riesgo de graves pérdidas de calidad.
Fuente: Ministerio de agricultura, pesca y alimentación.