Clasificación de las retículas

Retícula de manuscrito

Es, estructuralmente, la más sencilla que puede existir. Como su nombre lo implica, su estructura de base es un área grande y rectangular que ocupa la mayor parte de la página. Su tarea es acoger textos largos y continuos, como en un libro, y se desarrolló a partir de la tradición de manuscritos que finalmente condujo a la impresión de libros.

Retícula de columnas

En una retícula de columna existe una estructura subordinada. Se trata de lineas de flujo: intervalos verticales que le permiten al diseñador acomodar los cortes poco frecuentes que se dan en el texto o las imágenes en una página, y que crean bandas horizontales que atraviesan el formato.

Retícula modular

En una retícula modular se busca un mayor control. En esencia, es una retícula de columnas con gran número de líneas de flujo horizontales que subdividen las columnas en filas, creando una matriz de celdas denominadas módulos.

Retícula jerárquica

Estas retículas se adaptan a las necesidades de la información que organizan, pero están basadas más bien en la disposición intuitiva de alineaciones vinculadas a las proporciones de los elementos, y no en intervalos regulares repetidos. La anchura de las columnas, al igual que los intervalos entre éstas, tienden a presentar variaciones.

Retícula con sección áurea

La sección áurea o media dorada, aparece formulada en el tratado De Architectura, de Vitruvio, escrito en el siglo I a.C.. Se aseguraba que podía obtenerse una relación armoniosa entre partes desiguales de un todo.

Retículas matemáticas

Las retículas matemáticas retoman una gráfica matemática como referencia para su creación. Dentro de estas destaca el gnomon, serie de Fibonacci, triangulo sublime.

Fuente: Apuntes Diseño Editorial de la U de Londres.