Los números y su utilidad en el periodismo
En una ocasión, una maestra de periodismo describió a sus estudiantes como “esas buenas personas que odian las matemáticas”. La mayoría de los periodistas nunca llegarán a amar las matemáticas, pero las necesitan y deben conocer su utilidad. Los datos numéricos pueden parecer sólidos y factuales, pero no son infalibles. Es necesario que el periodista sepa manejar los números para distinguir la diferencia entre las cifras sin sentido y las que son útiles, pues de lo contrario se arriesga a escribir historias desorientadoras y confusas, en el mejor de los casos, y de plano erróneas en el peor.
El periodista requiere de cierta intuición matemática para detectar los casos en que las cifras que examina no tienen sentido. Debe conocer los mecanismos de algunos procesos numéricos para captar el significado de las cifras y los datos. Necesita conceptos matemáticos para entender las finanzas de la banca y las empresas, y distinguir los momentos de quiebra y de auge. En términos sencillos, el periodista necesita habilidades matemáticas para entender los números, así como requiere de destrezas lingüísticas para entender las palabras.
El periodista competente tiene capacidad y cuidado en materia de números. Detecta con rapidez una cifra improbable y tiene conocimientos prácticos básicos de aritmética y estadística para confirmar sus sospechas. Sabe calcular porcentajes, razones, tasas de cambio y otras relaciones entre números, que son mucho más elocuentes que los datos escuetos. Así, puede y debe traducir las cifras en expresiones que los lectores y los espectadores entiendan con facilidad.
En el mundo tan técnico de hoy, los periodistas que manejan bien los números son más importantes que nunca. Esos son los escritores y editores capaces de evaluar y explicar los adelantos científicos, médicos, tecnológicos y económicos; ellos saben intuir nuevas historias en las bases de datos, analizando los números por su cuenta sin esperar que alguien con intereses creados los interprete.
Una vez que los números han sido comprobados varias veces, el reportero tiene que decidir cómo los usará en su historia. La regla práctica es: mientras menos números use, tanto mejor. Los números deben redondearse en aras de la sencillez y ubicarse en su contexto para mayor claridad. “Un número tiene poco significado por sí mismo”, dice Paul Hemp, autor de Ten Practical Tips for Business and Economic Reporting in Developing Economies. “Su verdadero sentido proviene de su valor relativo”. Así, en una historia acerca de un aumento en los gastos para educación, el periodista puede traducir las cifras crudas en la suma adicional que se gastará en cada niño. Y en una historia sobre el número de personas que mueren de cáncer pulmonar cada año, podría decir que es equivalente al número de pasajeros que morirían si todos los días se estrellara un jumbo jet.
Los periodistas que no aprenden matemáticas carecen de una habilidad básica necesaria para descifrar gran parte de la información del mundo que los rodea, como las estadísticas de criminalidad, las normas sobre contaminación y las cifras sobre desempleo. Sin destrezas matemáticas apropiadas para su ofi cio, el periodista se condena a quedarse corto en su búsqueda de precisión.
Fuente: Oficina de programas de información internacional. EUA.