Proceso interno de construcción del autoestima

La persona también realiza una construcción interna según sus propias experiencias. Esta construcción va a ser positiva o negativa según lo sean esas experiencias y el criterio de evaluación que se haga de ellas, es decir, va a estar en estrecha relación con decirse a sí mismo: «yo pude», «lo hice bien», «merezco quererme».

Es como un premio hacia sí mismo, que a su vez se va a convertir en la energía para hacer otras cosas bien hechas, de manera acertada.

Una buena autoestima es el motor que desencadenará asertividad en las funciones afectivas y sociales que va a permitir que se obtenga como resultado agrado, satisfacción, gusto y amor por lo propio. A su vez, estas últimas sensaciones generarán una retroalimentación que recaerá nuevamente sobre la construcción de la autoestima positiva que se ha generado, aumentando de esta manera su potencial también positivo. Incluso y gracias a esto, podrá ser el mismo individuo quien mejore luego sus resultados como desafío propio y para una mayor satisfacción personal.

Sin embargo puede pasar también lo contrario, en que el individuo se vea enfrentado a resultados o experiencias desagradables, a errores e insatisfacciones, provocando repercusiones con una carga afectiva negativa acompañado de autoacusaciones y autocastigos que le aportan y le provocan una información muchas veces distorsionada y que le conduce a un actuar deficiente con resultados de las mismas características o incluso peores.

De esta manera se generara un «círculo vicioso», que si daña la autoestima habrá que interrumpir atendiendo determinados aspectos como incentivar a que el individuo valore más el proceso que el resultado y que aprenda de sus errores.

Esto se ve favorecido si va acompañado de palabras positivas que el sujeto se diga a si mismo (diálogo interno) como «lo hice bien», eludiendo frases de negación, es decir, en vez de decir, «no debo volver a hacer tal cosa», decir «de ahora en adelante debo procurar hacer tal otra», y evitando también las frases negativas cambiándolas por aseveraciones positivas. Es decir, cambiar una frase como «lo hice todo mal» por otra como «debo mejorar»o «hare lo posible por mejorar».

Otro aspecto que favorece el desarrollo de una autoestima positiva es facilitar alternativas con objetivos más adecuados al nivel de desempeño y capacidades, para lo cual será necesario conocer a la persona para que de esta manera podamos ayudarlo a conocerse a sí mismo a través del descubrimiento gradual de sus potencialidades, las que serán el motor para la superación y para poder emprender nuevos desafíos.

Así al desarrollar dichas potencialidades, será posible disponer de nuevas herramientas y de más posibilidades para hacer nuevas cosas. Con ello también podrá adquirir nuevas experiencias y como consecuencia más conocimiento del entorno y de si mismo, factor fundamental para realizar acciones futuras en forma asertiva.

Fuente: Red de mujeres para el desarrollo.