Ensilaje

El silo es el producto final de la fermentación de un forraje de alta humedad (40-60% de agua) y conservado en un medio ácido y anaeróbico, y cuyo objetivo es maximizar la preservación de los nutrientes que se encuentran originalmente en la planta para darlo posteriormente al ganado.

El proceso de fermentación del forraje involucra la conversión de azúcares de la planta en ácidos orgánicos por las bacterias anaeróbicas. Cuando este proceso ocurre de una manera eficiente, existe un pH bajo y una alta concentración de ácido láctico en el forraje ensilado.

Existen cuatro diferentes fases que se observan durante la fermentación del forraje:
Fase aeróbica, en la que la planta sigue respirando (teniendo pérdidas de azúcares), se tiene un pH alto y se genera calor.
Fase anaeróbica o fermentativa, en la que aumenta la población bacteriana, se produce ácido acético; baja la temperatura y el pH. Cuando el pH llega a 4.2 y la temperatura entre 15 y 20°C, y queda muy poco oxígeno, inicia la fermentación láctica por las bacterias anaeróbicas. El pH llega hasta valores de 3, momento en el que se detiene el trabajo bacteriano. Todas las fermentaciones se dan en un período entre 17 a 21 días.
Fase de estabilización, con muy poca actividad bacteriana. El forraje permanece en este estado hasta que se abre el silo.
Fase de alimentación, es cuando se destapa el silo para darlo de comer al ganado. En esta fase, el manejo es muy delicado, ya que el forraje entra en contacto con el ambiente, lo que fomenta el desarrollo de hongos, bacterias formadoras de ácido acético, etc., y puede perder mucha calidad.

En la técnica del ensilado se debe de limitar el tiempo asociado con la fase aeróbica y adoptar estrategias de manejo eficientes para las otras fases. Con la conservación de forraje por medio del ensilaje, las pérdidas de valor nutritivo son menores que en la henificación, así como las labores requeridas.

Fuente: Maquinaria para el manejo eficiente del forraje. Santiago de Querétaro, Qro. México.