Cómo se abona con amoniaco anhidro
En líneas generales el amoniaco anhidro llega a los centros de distribución mediante cisternas ferroviarias o de camión. Estos centros representan los puntos de partida del amoniaco para su utilización agrícola.
Desde estos centros se suministra a los depósitos nodriza fijos o móviles situados en las fincas y desde estos se reposta a las abonadoras que llamamos aplicadores. Estos aplicadores inyectan el amoniaco agrícola en el suelo donde gasifica totalmente difundiéndose de una a otra parte de la zona de inyección. Los aplicadores son máquinas relativamente sencillas.
Se componen fundamentalmente de las partes siguientes:
– Un tanque de acero, para contener el amoniaco.
– Un dispositivo que regula la cantidad de amoniaco que sale del depósito.
– Un divisor de flujo que distribuye equitativamente el amoniaco entre los inyectores.
– Una serie de inyectores que depositan el amoniaco dentro del terreno.
También se han montado aplicadores de amoniaco de forma que se simultanea la operación con una operación de laboreo del terreno con el consiguiente beneficio económico. El depósito lleva como accesorios: un conjunto de tuberías para efectuar las operaciones de carga y descarga, una válvula de seguridad que entra en funcionamiento en el caso de que la presión del amoniaco en el interior del tanque supere por cualquier motivo la presión de trabajo, un indicador de nivel que permite apreciar en todo momento la cantidad de amoniaco que hay en el depósito y también otro indicador de nivel, llamado «punto alto» que señala el límite de llenado que no debe superarse.
Normalmente el amoniaco agrícola se inyecta en el suelo a una profundidad variable (10/25 cm), según la naturaleza y estructura del terreno en el momento de la aplicación. La aplicación será mucho mejor en suelos bien labrados que cerrarán mejor y contendrán espacios de aire suficientes para que el amoníaco se difunda y se una a la arcilla y a la materia orgánica.
La distancia entre los dientes inyectores depende de: la cantidad de amoniaco, del cultivo y de la época de la aplicación del abono. En el caso de la inyección efectuada en presiembra para un cereal de primavera-verano, (por ejemplo el maíz) puede oscilar alrededor de los 50 cm.
En el caso de cultivos del tipo de remolacha, patata y maíz, se puede también recurrir a la inyección del amoniaco durante el curso de la vegetación de la planta, haciendo pasar un diente inyector entre cada línea y naturalmente habrá que adaptar el espacio entre los dientes inyectores a la de las líneas de siembra.
Fuente: Revista electrónica de Veterinaria 1695-7504. 2010 Volumen 11 Número 03B