Limitaciones del diseño y la tipografía
El primer contacto del diseñador gráfico –como creador– con la web puede ser muy chocante. Por lo general antes de descubrir las bondades del diseño digital y las posibilidades del diseño multimedia el diseñador se ve abrumado por las limitaciones. Algo similar sucedería si de golpe se transportara a 1986 cuando salió la versión 1.0 del PageMaker y se encontrara con limitaciones como no poder justificar una columna de texto. La última versión del Photoshop (5.0) acaba de incorporar la posibilidad de editar texto, algo a lo que sin duda nos acostumbraremos en un abrir y cerrar de ojos para pensar que en realidad siempre lo pudimos hacer.
El diseñador se pregunta cómo puedo hacer dos columnas de texto, cómo hacer para controlar el grosor de los márgenes de un documento o la tipografía. En gran medida la respuesta la tiene el html, el lenguaje de programación de la estructura de los archivos de la web que avanza incorporando nuevas sintaxis y con ellas nuevas posibilidades. Y por otro lado los navegadores o browsers ysoftware relacionado. La primera limitación para el diseñador es sin duda la falta de control de su diseño sobre el producto final. Los colores varían de monitor en monitor, y si no se utilizan paletas a prueba de browsers las computadoras de bajo perfil (8 bits) recurren al dithering para simular los colores que no pueden representar con resultados no siempre satisfactorios. La diagramación también está sujeta a grandes variables de acuerdo a la configuración de los monitores (el campo visual en 800 x 600 es mayor que en 640 x 480) y al tamaño de la pantalla 13, 17 o más pulgadas.
En medio de toda esta incertidumbre, ¿qué sucede con la tipografía? «En el diseño la tipografía es crucial , pero en la web, se está restringido a lo que el usuario o lector tiene en su máquina» dice Sue Henry, docente de diseño digital en Oakville, Ontario. Los browsers o navegadores permiten setear una configuración de las fuentes que se ven en la pantalla y en algunos casos el usuario no sólo elige la fuente sino también atributos como color y cuerpo. Si coincidimos con el pensamiento de que la mayoría de los usuarios son perezosos a la hora de configurar los programas podríamos arriesgarnos a pensar que la mayoría tiene una configuración estándar y que es nada menos que la por defecto: Times New Roman.
Recién con recursos como el atributo face de la etiqueta font –como veremos más adelante– las páginas web comenzaron a lucir letras de palo seco como la Arial y la verdana. Como los browsers utilizan las fuentes instaladas en el sistema la elección se limita a un grupo estándar y por tanto reducido.
Fuente: Introducción a la tipografía de la Universidad de Londres