Teorías administrativas
Las primeras teorías sobre administración surgieron en este ambiente, ya que los sistemas operativos requerían cumplir con demandas crecientes de producción. Al igual que con muchos otros desarrollos históricos, es difícil señalar su inicio. Muchas personas contribuyeron al proceso, pero Henry Towne marca la avanzada. En 1886 mandó un articulo a la American Society of Mechanical Engineers en el que aseguraba que la administración de la planta era tan importante como la administración de la ingeniería.
Con frecuencia se da el nombre de padre de la administración científica a Frederick Taylor, quien comenzó como obrero en Midvale Steel, y después de realizar diferentes trabajos, ascendió en la jerarquía de la empresa hasta llegar a ingeniero jefe de planta.
De su experiencia, Taylor sabía que el mejoramiento debe comenzar por los trabajadores. Sentía que la solución no era hacerlos trabajar más sino organizados mejor. La administración debía desarrollar los métodos de trabajo, enseñarlos a los trabajadores y supervisar para que los sigan.
Más tarde, en 1911, Taylor escribió un libro sobre sus teorías, Principios de la administración científica (The PrincipIes of Scient ific Management). Su propósito al escribirlo era proporcionar ejemplos sencillos del desperdicio a través de la ineficiencia y demostrar que el remedio se encuentra en una mejor administración, no en trabajadores extraordinarios. Además, señaló que la mejor administración es una verdadera ciencia, basada en leyes, reglas y principios bien definidos: aplicables a toda empresa humana y que conducen a resultados sorprendentes.
El caso de la Eastem Rate en 1910 fue un instrumento de avance en la teoría de la administración científica. La Comisión Interestatalde Comercio atendió un caso en el que los ferrocarriles pedían un alza en las tarifas para solventar los crecientes costos. Taylor y otros impulsores de la administración científica (Towne, Gantt, Barth, F; Gilbreth y Emmerson) testificaron durante varios días sobre la ineficiencia de los ferrocarriles.
Analizaron formas de reducir costos y elevar lo salarios manteniendo las tarifas en el mismo nivel. Louis Brandeis, el abogado que representaba «a los ferrocarriles, y los testigos expertos. acuñaron el término de administración científica. Mediante la publicidad asociada con el caso, tanto el nombre como las teorías fueron ampliamente aceptados.
Conforme la administración científica ganó aceptación en Estados Unidos, Henri Fayol desarrolló sus propias teorías en Francia (Fayol, 1984). Fayol era un ingeniero que más tarde se convirtió en director administrativo de una gran empresa minera. Veía los problemas desde el nivel más alto y no desde la planta, como lo hacía Taylor.
Fayol pensaba que una empresa tenía seis funciones: técnica (la capacidad de Producción), comercial (comprar y vender), financiera (obtener y asignar dinero), seguridad (protección del personal y la propiedad), contable (llevar libros) y administrativa (planear, organizar, mandar, coordinar y controlar).
La contribución académica al desarrollo de la teoría administrativa llegó después. Entre 1924 y 1927, se estudiaron los niveles de producción de un pequeño grupo de trabajadores en Hawthorne Works de la Western Electric. La idea era cambiar las condiciones de trabajo una a la vez y medir la producción de los trabajadores. Primero se aumentó el, nivel de iluminación y, como se esperaba, la producción aumentó.
Lo inesperado ocurrió cuando la producción siguió aumentando al bajar el nivel de iluminación. El incremento continuó aun cuando la uzl disponible parecía luz de luna. En este punto, se vio que el problema era más complicado de lo que se pensaba y llamaron a EIton Mayo, un profesor de Harvard y el primer académico que hizo contribuciones importantes a la administración de sistemas de producción.
Las personas mencionadas antes estaban todos en la práctica concluyó que los factores lógicos eran mucho menos importantes que los factores sociales en la motivación los trabajadores. En esencia, la atención que obtuvieron los trabajadores hizo que se sintieran especiales y trabajaran más. De nuevo, la lección es que el factor humano es decisivo en los sistemas de producción.
Fuente: Apuntes de Introducción a la Planeación y Control de la Producción de la UNIDEG