La ciencia de la administración

Por tanto, la administración tiene una «acción social» que sustenta una ciencia basada en elemento natural y fundamentado en «principios universales y fijos«. El concepto de administración bonniniano, muy amplio y comprensivo, tiene una correspondencia igualmente magna: la ciencia de la administración «es, en efecto, la ciencia de las relaciones entre la comunidad y los individuos, y de los medios de conservación de esas mismas relaciones por la acción de las leyes y de los magistrados sobre las personas y las propiedades, en todo a lo que interesa el orden social».

Sin embargo, aunque la sociedad concebida por el autor es altamente individualista, será conservada por cuanto ella misma como asociación, como ente distinto a sus miembros individuales, porque las relaciones que agrupa son mantenidas por el efecto de las leyes que aplica la administración; por lo tanto no es la ciencia de los individuos, sino de lo que podría llamar se espacio público, algo contrario a los individuos, a la vez que ciencia de las relaciones entre el espacio público y el espacio privado, porque estudia los ví nculos entre la comunidad y los individuos.

La ciencia concebida por Bonnin es eminentemente ciencia social ciencia política porque toma como base la propia sociedad, haciendo descansar su espíritu sobre la colectividad, es a saber, la generalidad contrapuesta al individualismo; sociológica antes del nacimiento de la sociología, y politológica antes del nacimiento de la ciencia política. En realidad, como la ha ideado Bonnin, es la ciencia social, si no única, sí sintética, porque engloba el conocimiento integral de la sociedad, salvo la economía, a la cual el autor, sin embargo, le reconoce raíces intelectuales. «La ciencia administrativa, pues, debe ser conocimiento de los principios de las relaciones sociales, es decir, análisis de las propiedades y fenómenos de estas relaciones, y como aplicación a las personas y las cosas de las reglas mismas que encaminan dichas relaciones con el interés común».

Luego de establecer el significado de la ciencia de la administración el pensador francés pasa a conciliar el doble aspecto de ella: teoría y aplicación, señalando que, considerada sobre la base de la naturaleza de las cosas, por cuanto la primera «demuestra el juego de la acción social» y como aplicación consiste en «el arte de poner aquella acción en práctica«. De aquí que, por extensión, señale que «la administración es por consiguiente ciencia y arte:ciencia para poner en claro la teoría de las relaciones sociales, y arte cuando tiene por objeto la práctica de esta teoría para la aplicación de estas leyes». Cuando decíamos que la ciencia de la administración de Bonnin era harto sencilla, sin pretensiones extraordinarias, hemos querido decir que trata simplemente de explicar la teoría de las relaciones sociales, como él lo sostiene, pero la teoría de las relaciones sociales no de manera genérica, sino particular, exclusivamente circunscrita a las relacionadas con la comunidad y los individuos, nada más.

Es, a nuestro entender, el intento de explicar la manera en que se constituye el espacio público por la vía de la interacción individual y cómo, una vez definido este espacio, el mismo tiene una relación permanente con el espacio privado, que no es objeto de su estudio, y cuya relación tiene la finalidad de mantener la sociedad mediante el arte de la administración. Pero la ciencia de la administración no es una disciplina pura, sino aplicada, porque la propia administración ha sido engendrada por necesidades y es su misión el darles satisfacción. Por tanto, la ciencia de la administración no es ni más ni menos, ni tiene por qué ser considerada sólo teoría o aplicación, sino ambas a la vez, ya que en el arte nace su propia justificación como institución social y en esta función, Bonnin ha previsto grandes tareas para ella:

“¡Qué no debe esperarse de la administración! Por sus cuidados y vigilancia de asegurar los derechos comunes y personales, la tranquilidad reina en las familias y la paz entre los ciudadanos; las propiedades están preservadas de la violencia o de la astucia, la fuerza pública contribuye al mantenimiento del orden, la industria nacional se aumenta con la industria particular, se sostiene el espíritu público, el hombre puede gozar en seguridad de cuanto ama y posee, los individuos se ilustran recíprocamente, y todos disfrutan de aquella seguridad que aumenta a la existencia, y de la felicidad objeto de sus deseos y trabajos.”