El plástico semirrígido
Se presenta en forma de un tubo de color negro o naranja y se denomina polivinilo clorado (PVC) o poli-cloruro de vinilo (PCV). Los diámetros de mayor uso son 15/20 mm, 19/25 mm, 31/40 mm. Debido a su débil resistencia al calor, el plástico semirrígido se emplea prácticamente muy poco para los transportes de fluidos calientes.
Las cualidades del semirrígido son: flexibilidad y resistencia a la presión. La primera cualidad permite enterrar el tubo que se presta fácilmente a las diferencias de nivel del terreno, y soportar incluso pequeñas flexiones sin ruptura.
La segunda cualidad del semirrígido consiste en su gran resistencia a la presión, que permite su utilización para presiones de agua de 6 a 7 kg/cm2 entre un contador exterior y una casa de habitación, o la instalación de un grifo o boca de riego en un jardín.
La utilización de los plásticos semirrígidos está casi únicamente reservada para los transportes de fluidos al exterior de los edificios, en canalizaciones enterradas en la mayoría de los casos.
En el caso de tuberías no enterradas, el choque puede producirse durante el rellenado de la zanja, sobre todo si el terreno es pedregoso. Para evitar este inconveniente, es necesario realizar en el fondo de la zanja una capa de arena de 20 cm de espesor en la que se entierra el semirrígido, dejando por encima de su generatriz superior un espesor de 1 5 cm de arena.
Los empalmes de los plásticos semirrígidos se efectúan por medio de manguitos de apriete sobre un anillo, o por simple pegado después de la apertura de una de las dos partes a empalmar. En el caso de tubos para presiones de 5 a 7 kg/m2 es preferible utilizar manguitos metálicos.
Fuente: Guía Práctica de fontanería de Reneé Hiller