El plomo
Después de haber sido el material noble, en nuestros días el plomo está siendo casi completamente abandonado en fontanería y ello por varias razones: primero, por su precio elevado, su peso, que lo hace de difícil transporte y manejo, su fragilidad a los choques y su débil resistencia al ser aplastado.
La consecuencia de esta restricción en el empleo del plomo es que, en la actualidad, no es fácil encontrar un buen fontanero que sepa trabajar el plomo. Por dicho motivo hemos pensado sea de utilidad dar aquí algunos consejos que, en caso de necesidad, te pueda sacar adelante en un mal momento en una instalación de traída o de desagüe en plomo.
El inconveniente para el aficionado que se pone a trabajar el plomo, es la cantidad de herramientas necesarias y también la habilidad que es preciso desplegar.
Por ello, antes de entrar en la reparación propiamente dicha, es prudente realizar algunas pruebas, tanto en la soldadura como en los empalmes.
La soldadura del plomo
El empalme de dos elementos de tubo de plomo se realiza como soldadura de estaño.
Antes de proceder a la operación de soldadura, es preciso preparar los dos elementos del tubo a empalmar. Con una escofina, afilar la extremidad de uno de los tubos; la otra extremidad de la tubería deberá ser abierta con un abocardador de boj por golpeo, o con un abocardador articulado (especie de pinza cuyas mandíbulas semicónicas se ensanchan).
Con un cepillo metálico de «pelo» raso, blanquear las dos extremidades a soldar, calentar todo alrededor del empalme de abajo arriba de manera que llegue a obtenerse una temperatura homogénea del conjunto.
Siempre con la lamparilla, fundir un trozo de estearina en el collarín y en la parte derecha del tubo. Presentar la varilla de soldar de estaño a la llama, por fusión derramar cantidad suficiente para llenar el hueco. Continuar la operación por encima de la parte superior del collarín. Sobre el rodete así realizado, volver a fundir la estearina.
Con ayuda de un trapo untado con sebo (pedazo de cutí, lienzo hervido en grasa de cordero) y por toques sucesivos y calentamiento alterno, repartir el exceso de soldadura por la parte del tubo en la extremidad del ensanche.
Empalme de dos tubos perpendiculares o inclinados
Estos empalmes son denominados derivaciones. La primera operación consiste en el taladro del conducto principal. Primeramente se taladra un agujero pequeño con broca, después se ensancha con ayuda de una herramienta llamada escariador (esta herramienta cónica está particularmente adaptada para el taladro del plomo).
La apertura así realizada se ensancha con el abocardador, de manera que crees un collarín, y, a partir de aquí, la operación de soldadura puede dar comienzo como viene descrita anteriormente.
Empalmes con bridas
Ciertos empalmes de aparatos como sifones, válvulas, contadores con una canalización de plomo, se realizan con ayuda de bridas. Una brida se compone de tres elementos: una brida, una contrabrida y una junta de cuero o de fibra comprimida.
Una de las bridas está ya incorporada al aparato ya sea por el fabricante, ya sea por enroscado; la contrabrida es una simple placa metálica taladrada por un agujero central del diámetro de la canalización.
Fuente: Guía Práctica de fontanería de Reneé Hiller