El hierro
Este material está exclusivamente destinado a los saneamientos, aguas residuales, aguas usadas, aguas de lluvia. Durante cierto tiempo, el hierro fue abandonado en beneficio de los tubos en amianto cemento, después de los tubos de plástico rígido, debido a su precio, al tiempo necesario para su puesta en marcha, de los plazos de entrega de los pocos fabricantes.
Parece que ahora, con la puesta a punto de nuevos empalmes en caucho y una mejor política de venta, el hierro hace una reaparición bastante notable en la construcción de edificios.
Los inconvenientes de puesta en marcha del hierro son cuatro:
1. Dificultad de realizar un corte: el hierro es un metal muy duro que difícilmente se corta con la sierra de metales.
2. Dificultad de unión de dos elementos: la junta está compuesta de un collarín incorporado a una extremidad del tubo y de un machón derecho y un machón recto.
Después, en la cavidad así preparada, poner un mortero de cemento puro que asegurará la protección de la hermeticidad.
3. Dificultad de realizar un recorrido dado. El hierro no es, como el cobre, el plástico o el plomo, un material que uno mismo puede trabajar con ayuda de una curvadora, una lamparilla de soldar o incluso un soplete.
4. Dificultad de colocar soportes: cada soporte, collar o trinquete debe ser colocado de forma muy precisa en el lugar donde sale el comienzo del collarín de cada elemento.
Las abrazaderas, según la naturaleza del material que constituye la pared deben ser hundidas por percusión o empotradas. Una abrazadera se compone de dos partes.
En el caso de abrazaderas de empotrar es bueno prever los empotrados unos días antes de la puesta en marcha definitiva de la canalización. Cuando la canalización en pendiente sigue una pared, se soporta con ayuda de hierros cuadrados de 1 5 mm por 1 5 mm, una de cuyas extremidades es empotrada en la pared y la otra curvada según el diámetro del tubo para colocar.
Las diferentes abrazaderas deben estar repartidas según la pendiente de la canalización y colocadas detrás de cada collarín, realizando de esta forma la fijación de la canalización.
Empalmes de la fundición y otro material
Se trata en particular del plomo y la porcelana vitrificada o de azulejos (en el caso de la caída de W.C.). La unión plomo/hierro se realiza enteramente por colada de cemento puro en el collarín del hierro.
Con el fin de evitar que el cemento no penetre en el tubo, es conveniente tapar el fondo del ensanche con un burlete de papel espeso, fuertemente enrollado y apretado con ayuda de un palo.
La unión hierro/porcelana o azulejo se realiza con masilla de cristalero, que se interpone entre el empalme del canalón y la parte hierro. Esta masilla asegura a la vez la hermeticidad y la posibilidad de recepción del canalón.
Fuente: Guía Práctica de fontanería de Reneé Hiller