Los sifones
La finalidad de un sifón es la de aislar el orificio de desagüe de los diferentes servicios de la red de evacuación con interposición de una masa líquida que impide a subida de olores de alcantarilla.
Los sifones pueden adaptarse sobre los aparatos que deben proteger, como lavabos, bidés, fregaderos, o son parte del aparato como la cisterna del W.C. Pueden estar constituidos por un simple tubo de plomo en S (figura 30) y provisto en su base de un tapón de desagüe de rosca; generalmente es el caso de las antiguas instalaciones.
El funcionamiento de estos sifones en S generalmente da buenos resultados; su empalme vertical a los diferentes servicios permite una evacuación rápida del agua usada, que arrastra las partículas sólidas que podrían taponar la canalización, o permanecer en depósito en la parte baja. En forma de S o en otra forma, el interior del sifón no debe presentar asperezas que podrían retener elementos sólidos o filamentosos.
Los sifones en forma de S tienen un inconveniente: son bastante voluminosos y ocupan un espacio importante en un armario bajo el fregadero, el lavabo, plato de ducha, bañera.
Para evitar este inconveniente, se encuentran en el comercio sifones compactos en cobre o en plástico rígido. Los sifones compactos se presentan en forma de un recipiente cilindrico que se enrosca bajo el tapón de desagüe. Este recipiente está separado en dos partes por medio tabique vertical que deja pasar el líquido que emana por la parte baja.
Fuente: Guía Práctica de fontanería de Reneé Hiller