Seda
El cultivo de la seda (figura 2.18), de acuerdo con la leyenda china, empezó en el año 2640 a. C. cuando la Emperatriz de China Si-Ling_chi se interesó en los gusanos de seda y emprendió a devanar la seda transformada en tela.
Gracias a su esfuerzo China desarrollo una industria de la seda que monopolizó durante 3000 años. La sericultura se extendió a Corea y Japón, al oeste hacia la India y finalmente a España e Italia.
Las telas de seda importadas de China eran codiciadas por los otros países; en la India con frecuencia las telas se destejían y volvían a tejer en otras más ligeras o se combinaban con lino para dar un mayor rendimiento al mismo filamento de la seda.
Mundialmente la seda se acepta como fibra de lujo. La cual tiene una combinación única de propiedades que no posee ninguna otra fibra.
La belleza y el tacto de la seda, así como su alto costo, probablemente originaron la industria de las fibras artificiales. En los primeros días no había escasez de fibras naturales y no era necesario tratar de duplicarlas. La seda, siendo una fibra sólida era fácil de duplicar.
Fuente: Apuntes de Fibras materiales textiles de la Unideg