Libertad definición
Los filósofos más antiguos, aunque reconociendo el valor de la libertad, no tienen mucho que decir a su respecto. Parecen considerarla como un estado necesario para la persecución de otros bienes, pero no le otorgan mucha importancia como bien en sí mismo. La razón será a caso que, aunque la libertad parece ser tan positiva, su único significado concreto es negativo.
En efecto, la libertad permite a una persona hacer lo que quiere, pero no le dice lo que debe querer. La libertad no es una virtud. No hace bueno al hombre. Pero es un estado necesario para el ejercicio de la virtud, y los actos buenos permanecen al estado de meras buenas intenciones, a menos que tengamos libertad para realizarnos. (Fagothey, A.: ÉTICA, Teoría y Aplicación, Pág. 12 6)
¡Libertad! Palabra explosiva, ansiada, prohibida, traicionada… Y palabra esencial y urgente hoy más que nunca.
Una de las características de la conciencia del hombre de hoy es “la urgencia de ser libre”. Es la etapa crítica de un proceso que viene de siglos atrás, acelerado por la trágica experiencia de las dos Guerras Mundiales de este siglo XX, y por hechos que suceden a diario en todos los rincones del mundo. “¡Ser libre ahora o nunca!” Parece gritar de mil formas diversas el hombre moderno. Y es la juventud la que primero percibe, intuye y expresa esta exigencia. Comencemos por aclarar términos, porque hay “libertad” y “libertades”, cosas muy distintas.
Existe la libertad física: la posibilidad de movernos de un lugar a otro. La tiene pero muy limitada, por ejemplo, un paralítico; se la conceden parcialmente a un preso, a quien le permiten andar por determinados sectores de su prisión, sin que por eso sea realmente libre. Existe la libertad psicológica; el poder pensar y decidir cientos de cosas cada día; preferir ir a un cine en vez de otro, el decir a esto “si” y a lo otro “no”. ¿Ya por eso uno es realmente libre? Todavía no. A esto se le llama el “libre al bedrío” o sea el poder de optar y decidir, propio de un ser espiritual como es el hombre, lo que lo hace responsable de sus juicios, actos y decisiones.
Ese “poder escoger”, esas “libertades” deben estar al servicio de la plenitud del hombre. Y vamos llegando al fondo del problema. Porque las “l ibertades” parciales sólo tienen sentido y valor cuando están orientadas hacia la vocación humana auténtica. La verdadera libertad se relaciona con la capacidad de orientar y dar sentido a la propia existencia. La verdadera libertad es “ser capaz de elegir siempre lo mejor” aunque sea doloroso y difícil.
Con esto queda descartado el criterio barato de que la libertad consiste en hacer lo que uno quiere, porque entonces, un mono en la selva sería más libre que el hombre. Descartado el “libertinaje”, por ser una falsa pista hacia la libertad, analicemos y profundicemos los elementos del verdadero concepto de libertad: Ser capaces de hacer lo que nos hace crecer y “ser más”.
Ser capaces de renunciar a lo que sea necesario con tal de ser fiel a la conciencia. Ser capaces de exigirnos siempre los mejores motivos de conducta. En fin, ser capaces de amar, venciendo el egoísmo. Muchos se imaginan ingenuamente que sólo las realidades exteriores a nosotros mismos son las que nos pueden quitar la libertad. Pero no es así; en el interior del hombre también hay fuentes de esclavitud, y son habitualmente las más tiránicas. El que no tiene control de sí mismo, por ejemplo, no es libre puesto que ha colocado “en el puesto de mando” a sus vicios, pasiones, caprichos.
El camino de la libertad está lleno de renuncias a lo fácil y cómodo. Supone querer dominarse a sí mismo en lugar de decir “si” a todo lo que guste. Por ejemplo: ¿quién es más libre; una joven que sacrifica un baile por ayudar a su madre enferma, o el borracho que pasa tambaleándose frente a tu casa? ¿El estudiante quesacrifica un juego para repasar con un compañero, o el que sólo vive para sí? … ¿Por qué?
Las pequeñas libertades de cada día, y la vocación a la libertad se entremezclan constantemente, pero no deben confundirse. Si ayer tomaste 15 decisiones, 15 libertades ¿puedes afirmar que todas ellas estaban orientadas hacia tu crecimiento interior? Si la respuesta es afirmativa entonces si has sido libre; de lo contrario simplemente habrás prolongado tus prisiones, aunque al hacer esas cosas hubieras tenido la sensación de libertad.
Por eso se afirma que la historia de cada persona es la historia misma de suconquista de la libertad. Y el camino de la realización personal se identifica entonces con un proceso de auténtica liberación interior. Porque la verdadera libertad no es una meta que se consigue de una vez, sino que emerge en un proceso de conquista personal e integración de fuerzas corporales, afectivas y morales, que se van unificando y orientando en torno a un proyecto de vida que dará sentido y justificación a la propia existencia.
Por su libertad, el hombre es el milagro de la creación porque en él se pueden manifestar los más altos valores del espíritu; hace presente en el universo, por encima de determinismos biológicos y cosmológicos, valores radicalmente nuevos; el pensamiento, el amor, la opción, el compromiso, la comunicación, el don de sí. ¡Qué lejos estamos ya de las frases publicitarias y engañosas en torno a la libertad! Muchos dicen que la libertad es ficticia, que el hombre es en realidad un prisionero de mecanismos que deciden por él: determinismos biológicos, condicionamientos sociale s…
Entonces habría que explicar por qué todos los días hay hombres que sufren y mueren por preservar la libertad en ellos mismos y en los demás. La Historia está llena de estos personajes. ¿Simple ilusión romántica, o necesidad vital como el aire que se respira? A estos hombres les llamamos héroes y los recordamos y exaltamos como ejemplo y orgullo de la humanidad ¿por qué? … Porquehombre y esclavitud son términos contradictorios y excluyentes. O hay libertad, o no habrá verdaderamente un hombre, sino un esclavo de algo o del alguien…
Este don supremo no se obtiene fácilmente. Tiene en su contra todo un mundo deobstáculos, algunos dentro del propio ser humano, y otros en el medio en que vive y que conspira constantemente contra esa libertad. En este sentido dice Nicolás Berdiaeff: “La libertad es terriblemente difícil, es una carga, es dura. La libertad engendra el sufrimiento. Los que temen el sufrimiento reniegan de la libertad y se venden a la autoridad, a no importa qué tiranía. La libertad es heroica. Los hombres de instinto servil jamás comprenderán lo que es la libertad”.
Después de leer esta cita extraordinaria, quizás comprenderemos mejor el original título de un libro de Eric Fromm: “El miedo a la libertad”. ¿ Puede ser esto posible? Desgraciadamente sí. Por ser la libertad algo difícil y heroico, el ser humano tiene que cuidarse del peor enemigo de su libertad, que lo lleva dentro de sí mismo; el servilismo, la adulación, el hacerse dependiente de otros a cambio de solucionar por esa falsa vida los grandes problemas de la existencia, en vez de enfrentarlos con responsabilidad. Es la triste historia de las tiranías políticas. Cuando el hombre entrega su libertad, todo está perdido. Cuando decide recobrarla, todo se salva aunque el precio que haya que pagar sea inmenso. Y esa es también la experiencia interior de cada serhumano.
(Gonzáles Kipper, Lorenzo: Formación en valores, Págs. 50-52)