Lectoescritura digital

El uso generalizado de las TIC conlleva nuevas formas de leer y escribir, una lectoescritura electrónica sobre documentos digitales que incluyen textos y otros elementos multimedia (imágenes, sonidos, vídeos…) y que requieren nuevos instrumentos y nuevas habilidades.

Veamos a continuación algunas diferencias entre la lectoescritura tradicional y la nueva lectoescritura digital:

 Los libros los sostenemos y hojeamos con nuestras manos, los materiales digitales se manifiestan en una pantalla y pueden estar en variados soportes e interfaces ordenador, PDA, móvil, CD/DVD, MP3/iPod, consolas de videojuegos, cajeros automáticos… que manipulamos con periféricos como teclados, ratones, lápices electrónicos, pantallas táctiles…

 No es lo mismo leer y escribir documentos con una estructura secuencial (aunque con la ayuda del índice siempre se podrá hacer una lectura no lineal) y construidos a base de caracteres alfanuméricos y alguna imagen, que leer y escribir documentos con una estructura hipertextual (o secuencial) que pueden combinar fácilmente los textos alfanuméricos con múltiples imágenes, vídeos, sonidos digitalizados…

Además en los documentos digitales hay una tercera dimensión (profundidad) ya que los textos pueden superponerse a las imágenes de fondo, los elementos pueden actuar también como hipervínculos y pueden ir apareciendo progresivamente según las actuaciones del lector… ofreciendo muchas más posibilidades de interacción.

 Por otra parte, la lectura digital a través de las pantallas (o los nuevos ebook) permite al lector ajustar el tamaño de letra, el color de letra y fondo, la longitud de las líneas del texto, la audición del texto, la activación de las simulaciones y vídeos…

Con los adecuados soportes tecnológicos, se puede facilitar el acceso a la lectura a personas con determinadas discapacidades: poca visión (amplificadores de letra), ceguera (activación del sistema de lectura automática de audio), problemas motrices (periféricos específicos para controlar el ordenador), etc.

 La escritura digital disfruta de todas las funcionalidades que ofrecen los procesadores de textos, editores de páginas web, weblogs… Los documentos digitales resultantes se pueden almacenar en el ordenador, en soportes de memoria o directamente en Internet (en uno o varios servidores de la Red).

En este último caso, personas autorizadas pueden escribir el documento simultáneamente con nosotros desde el ciberespacio pudiendo editar y modificar nuestros textos, imágenes, archivos de voz…

No obstante se pierde privacidad ya que las acciones que realizamos en el ciberespacio quedan registradas por los proveedores de servicios de Internet y pueden ser interceptadas por «piratas del ciberespacio»

 Al buscar documentos o información es muy distinto hacerlo en una biblioteca tradicional que revisando los documentos disponibles en un PC, CD o biblioteca en red (donde los materiales pueden estar alojados en ordenadores muy lejanos).

Además, la enorme biblioteca digital de nos ofrece Internet («inmenso mar de arena de ceros y unos» como metaforiza Antonio Rodríguez de las Heras, 2003 ) admite nuevas formas de lectura transversal a través de múltiples libros; sobre cualquier tema. cada lector puede hacer «su» libro a partir de los datos que obtiene de diversas obras.

Y por si esto fuera poco, las TIC ofrecen nuevas formas de comunicación asíncrona (correo electrónico, tablones de anuncios, blogs, portales dinámicos…) y síncronas (chats, videoconferencias…) para leer y escribir a personas de todo el mundo a través del ciberespacio.

Dentro de unos años estos sistemas digitales escribirán al dictado de nuestra voz y tendrán traducción automática a otros idiomas, con lo que facilitarán aún mas estas comunicaciones entre las personas y las culturas. Un mundo apasionante lleno de posibilidades para aprender, desarrollarse y contribuir a mejorarlo. Fuente: www.peremarques.net