Educación respecto a la calidad de vida
Todo ser humano aspira a obtener un nivel de vida que le brinde tranquilidad, tanto material como espiritual. Para lograrlo es necesaria la capacidad de satisfacer necesidades.
Una necesidad puede definirse como condición en la que se percibe una carencia. Si reflexionamos sobre esta definición, caeremos en la cuenta que las necesidades humanas son muchas y muy complejas.La teoría de la motivación de Maslow se basa en una clasificación jerárquica de las necesidades humanas.
En el punto 7 de su introducción expresa:
«Las necesidades humanas se disponen en jerarquías de preponderancia; o sea, que la aparición de una necesidad reposa, por lo común, en la satisfacción anterior de otra necesidad más prepotente. El hombre es un animal con deseos perpetuos; asimismo, no puede considerarse ningún impulso o ninguna necesidad, como si fuera aislado o discreto; cada impulso tiene relación con el estado de satisfacción o insatisfacción de otros impulsos.»
A medida que un nivel es resuelto, surgen como predominantes las correspondientes al nivel superior, que generalmente demandan mayores recursos para su satisfacción. A partir de la adolescencia, toman mayor fuerza las necesidades de autorrealización.
La educación, dado su carácter de elemento fundamental de preparación para la vida, constituye un motor fundamental para la realización plena del ser humano, y es un excelente colaborador del proceso de satisfacción de necesidades. De hecho, en las circunstancias actuales, la educación permanente constituye una necesidad imperiosa.
Quien descuida su educación deja de crecer como persona, con la consiguiente desvalorización de sus condiciones de vida, al disminuir su potencial para afrontar las necesidades que van surgiendo a medida que el mundo evoluciona. Y cuando toda su población se preocupa de crecer, las necesidades individuales son resueltas de manera mucho más eficaz.