Perturbaciones
Son pequeñas oscilaciones en el movimiento de un cuerpo celeste, producidas por la fuerza gravitacional ejercida por un astro próximo. El estudio de las perturbaciones aparentemente anómalas tiene una notable importancia, porque ha permitido a veces reconocer objetos invisibles perturbadores y descubrir nuevos cuerpos celestes.
Fueron las perturbaciones observadas en el movimiento de Urano las que condujeron a la localización de Neptuno. Análogamente, las perturbaciones observadas en los movimientos de estrellas lejanas, nos informan de la presencia de compañeras invisibles o de planetas que están en órbita alrededor de ellas.
En Astronomía, una perturbación es la modificación que experimenta el movimiento de un astro a lo largo de su órbita como consecuencia de la atracción ejercida por los astros próximos
Los planetas, cometas y satélites no describen, en torno del astro central, la elipse regular prevista por las leyes de Kepler y de Newton, sino una elipse que es deformada por la atracción de cada uno de los astros más próximos o de mayor masa (especialmente por la de Júpiter). El cálculo de estas perturbaciones es extremadamente complejo y sólo puede llegarse a un resultado satisfactorio mediante aproximaciones sucesivas.
Las perturbaciones continuas tienen periodos mucho menos largos. Si el astro principal, el astro considerado (que gira en torno de aquél) y el astro perturbador no tienen sus órbitas en un mismo plano, se produce una retrogradación continua, aunque no uniforme, de la línea de los nodos de la órbita perturbada. Por otra parte, el eje mayor de la órbita gira en el plano de ésta con el movimiento continuo y en el sentido directo: así es como el perihelio de la Tierra avanza en 11,6″ por año.
Las perturbaciones periódicas dependen de las posiciones relativas de los planetas: son máximas cuando el planeta perturbador y el planeta perturbado se encuentran sensiblemente alineados con el Sol y en el mismo lado de éste, siendo mínimas cuando el Sol se encuentra entre ambos.