Racionalidad y toma de decisiones
Los directivos de las empresas deben ayudar a conseguir los objetivos de las organizaciones en las que prestan sus servicios para lo cual deben actuar en forma racional tomando decisiones respecto a muchos aspectos, entre los que destacan:
– fijar los niveles de producción
– autorizar la compra de maquinaria y equipo
– decidir sobre los precios de venta
– organizar el lanzamiento de nuevos productos y modelos
– organizar y controlar el departamento de recursos humanos
– autorizar la emisión de títulos de valor
– administrar el financiamiento de la empresa
– controlar el volumen de existencias y artículos en proceso, etc.
De esta forma, podemos analizar a la organización empresarial como un conjunto de dos subsistemas: el subsistema de organización y el subsistema de ejecución En esta figura se muestra esquemáticamente la organización empresarial que supone la actuación racional de los puestos directivos de la empresa, al mismo tiempo que se cuenta con el poder de decidir y ejecutar; es decir, tomar decisiones racionales que realmente se lleven a la práctica.
Se considera que un hombre es racional cuando:
a) persigue finalidades coherentes entre sí y
b) emplea medios apropiados a las finalidades perseguidas.
Por tanto, el análisis del comportamiento racional se presenta como la indagación teórica de las condiciones de posibilidad de alcanzar un objetivo cualquiera, habida cuenta de un conjunto específico de restricciones».34
La racionalidad económica supone, en el caso de las organizaciones, el comportamiento racional de los empresarios o de los dirigentes, lo cual significa analizar todos los elementos que componen las actividades estratégicasde la organización; es decir:
– delimitación del problema, conocer el problema que se quiere resolver y circunscribirlo a sus justas dimensiones, o sea, no hacerlo más grande de lo que es o minimizar sus alcances;
– búsqueda de las diversas conductas o cursos de acción que se pueden seguir para solucionar el problema, lo cual significa, diseñar los pasos estratégicos que se han de seguir. Esto implica adecuar los medios apropiados para alcanzar los fines buscados;
– por último, elegir las modalidades de ejecución de la acción, determinando las condiciones óptimas para su realización; si estas f ases se siguen en forma general, entonces afirmamos que la conducta empresarial es racional.
Godelier afirma:
«Administrar racionalmente una empresa significa, por tanto, resolver un doble problema:
1. Escoger un programa de actividad que permita lograr una utilidad y que sea realizable.
2. Escoger entre el conjunto de programas aceptables el que maximice las utilidades o minimice los costos de la empresa».
La racionalidad económica implica que los empresari os actúen o intenten ser racionales, aunque no siempre lo logran, dado que se enfrentan a un mundo real muy complejo y que por lo tanto la racionalidad tiene ciertos límites que se palpan cuando el cuerpo directivo elabora un modelo simplificado de la realidad para llegar a la toma de decisiones.
Es decir, la racionalidad entendida como conducta que maximiza las ventajas de la empresa, nos lleva a la toma de decisiones, que es el proceso de elección entre diversas alternativas, como curso de acción y ejecución para obtener determinados objetivos.
Para actuar racionalmente y, por tanto, tomar una adecuada decisión, los empresarios o directivos de la organización «deben estar en posibilidad de:
1. Almacenar mentalmente la información en alguna forma estable
2. Manejarla a través de una serie de cálculos complejos, diseñados para proporcionar los valores esperados.
3. Clasificar todas las evaluaciones de alguna manera consistente con el propósito de seleccionar la mejor alternativa».
Efectivamente, para la toma de decisiones debemos diagnosticar el problema, para lo cual requerimos de información confiable y oportuna con el objeto de buscar las posibles soluciones alternativas, analizarlas, si es posible, experimentarlas, evaluarlas y tomar la decisión mediante la formulación de un plan que deb emos ejecutar y controlar.
Presentamos un cuadro donde Hodgetts plantea una serie de pasos en el proceso de toma de decisiones.
Son los directivos o empresarios los que se encargan de la toma de decisiones; ésta es una de sus funciones principales, ya que frecuentemente deben escoger qué hacer, cómo hacerlo, quién debe hacerlo, cuándo y dónde hacerlo. Para que la decisión tomada sea la mejor, no hay que perder de vista lo siguiente:
– establecer objetivos perfectamente delimitados,
– proporcionar y distribuir información a las persona s que la necesiten para realizar sus acciones; y
– establecer normas, procedimientos, mecanismos y programas que se seguirán en el proceso de toma de decisiones.
Fuente: Apuntes de Economía administrativa de la Unideg