Hidrología

La hidrología es la parte de las Ciencias Naturales que se encarga del estudio de la cantidad, la distribución, el comportamiento y la influencia del agua sobre la corteza terrestre. Sobre la superficie terrestre (litósfera) se dan, básicamente, dos ambientes hídricos diferentes: las aguas marinas y las continentales.

Las aguas marinas se encuentran acumuladas en extensas depresiones de la litósfera y varían su nivel de acuerdo con el balance hídrico de los tiempos geológicos. Esto condiciona el nivel eustático del mar (altura del agua marina en un momento dado de la historia geológica). De acuerdo a sus volúmenes y características las extensiones de aguas marinas se consideran como océanos o mares, según corresponda.

Por su parte, las aguas continentales se encuentran sobre los continentes. Pueden clasificarse como aguas continentales embalsadas, tales como lagos, lagunas, esteros, pantanos, bañados, … y aguas continentales corrientes como sucede con los ríos, arroyos, torrentes, arroyuelos, filetes. Formando parte de las aguas continentales se encuentran también todas las modalidades de agua que discurre o se almacena bajo el suelo, las aguas subterráneas.

Se denomina hidrología (del griego Yδωρ (hidro): agua, y Λoγos (logos): estudio) a la ciencia o rama de las Ciencias de la Tierra que se dedica al estudio de la distribución, espacial y temporal, y las propiedades del agua presente en la atmósfera y en la corteza terrestre. Esto incluye las precipitaciones, la escorrentía, la humedad del suelo, la evapotranspiración y el equilibrio de las masas glaciares. Por otra parte, el estudio de las aguas subterráneas corresponde a la hidrogeología

Por el contrario, se denomina hidrografía al estudio de todas las masas de agua de la Tierra y, en sentido más estricto, a la medida, recopilación y representación de los datos relativos al fondo del océano, las costas, las mareas y las corrientes, de manera que se puedan plasmar sobre una carta hidrográfica. No obstante esta diferencia, los términos se utilizarán casi como sinónimos, ya que la parte de la hidrografía que interesa aquí es aquella que crea relieve, por lo tanto, la que está en contacto con la superficie terrestre, y por eso mismo la que es objeto de un análisis hidrológico.

La circulación de las masas de agua en el planeta son responsables del modelado de la corteza terrestre, como queda de manifiesto en el ciclo geográfico. Esa influencia se manifiesta en función de la distribución de las masas de rocas coherentes y deleznables, y de las deformaciones que las han afectado, y son fundamentales en la definición de los diferentes relieves.

Recordemos que un río es una corriente de agua que fluye por un cauce desde las tierras altas a las tierras bajas y vierte en el mar o en una región endorreica (río colector) o a otro río (afluente). Los ríos se organizan en redes. Una cuenca hidrográfica es el área total que vierte sus aguas de escorrentía a un único río, aguas que dependen de las características de la alimentación. Una cuenca de drenaje es la parte de la superficie terrestre que es drenada por un sistema fluvial unitario. Su perímetro queda delimitado por la divisoria o interfluvio.

Los trazados de los elementos hidrográficos se caracteriza por la adaptación o inadaptación a las estructuras litológicas y tectónicas, pero también la estructura geológica actúa en el dominio de las redes hidrográficas determinando su estructura y evolución.