El costo de oportunidad para la toma de decisiones
El costo de oportunidad es un concepto que permite analizar los usos alternativos que una empresa puede tener en la utilización de sus recursos, evaluándolos contra su aplicación en actividades u opciones disyuntivas.
Si un recurso escaso (esto es, tiene limitantes en su aplicación) se emplea en un uso específico, será necesario que se descarten otros posibles usos del mismo.
El ingreso neto que se podría generar utilizando dicho recurso en el segundo mejor uso que tenga le llamaremos costo de oportunidad del recurso. Esta segunda mejor alternativa podría implicar la utilización del recurso escaso dentro de la misma empresa o incluso fuera de ella, dependiendo del caso.
Aquí conviene mencionar que, dado que en la contabilidad convencional de la empresa no se incluye el costo que implica el renunciar al mejor uso alternativo de los factores de producción (ya sea del capital financiero de los propietarios o del trabajo que se utiliza), es común que la valoración corriente de los beneficios en términos contables —la que de ordinario observa el director— no descuente estos costos de oportunidad y por lo tanto se asuma una rentabilidad superior a la que en realidad se tiene en términos económicos.
Esta valoración incompleta acaba por promover una incorrecta interpretación de la realidad de la empresa (en este caso de la rentabilidad), y así facilita el error en las decisiones que en adelante se toman.
El costo de oportunidad de un director de una empresa familiar está dado por la mejor opción que para el empleo de su capacidad directiva pudiera tener en una empresa trasnacional que le hace una oferta de trabajo.
En la medida en que la oferta alternativa de la trasnacional iguale o supere incluso la remuneración que obtenga en su empresa familiar, la decisión de quedarse en su actual empleo será antieconómica.
Del mismo modo, el costo de oportunidad de usar los camiones repartidores sólo para los productos de nuestra empresa está medido también por lo que podrían ganar si los empleásemos como servicio de transportación o flete, contratado para otras empresas o para otros productos dentro de la misma empresa.
Fuente: Apuntes de Economía administrativa de la Unideg