Radiogalaxias
Son grandes sistemas estelares que en una observación óptica no muestran fenómenos peculiares, mientras que observados a través de radiotelescopios se revelan cómo potentes fuentes de ondas de radio, hasta el punto de superar en millones de veces la potencia de las señales emitidas por nuestra Galaxia. Parece que esta enorme emisión de radio tiene su origen en dos nubes de hidrógeno situadas a los lados y por fuera de la mayoría de las radiogalaxias.
De acuerdo con una teoría, intensos haces de electrones serían expulsados desde los núcleos de las radiogalaxias hacia las nubes de gas externas, donde se originaría una radiación del tipo Sincrotrón.
En el centro de algunas radiogalaxias se ha observado ópticamente un núcleo luminoso tan brillante como para emitir mucha más luz que el resto de la propia galaxia. Este núcleo, que muestra un fuerte desplazamiento de las rayas espectrales hacia el rojo, evidenciando una elevadísima fuga del objeto hacia los confines del Universo, ha sido bautizado por los astrónomos como Quásar.
Las radiogalaxias y sus parientes, quásares radio-intensos y blazars, son tipos de galaxia activa que son muy luminosas en frecuencias de radio (de hasta 1038 W entre 10 MHz y 100 GHz). La emisión de radio es debida a la radiación sincrotrón. La estructura observada en la emisión de radio es determinada por la interacción entre chorros de materia gemelos y un medio externo, modificado por los efectos de la dirección relativista.
Las galaxias activas radio-intensas son interesantes no solo por sí mismas, sino también porque pueden ser detectadas a grandes distancias, convirtiéndolas en herramientas valiosas para la cosmología observacional. Recientemente se ha utilizado los efectos de estos objetos en el medio intergaláctico, particularmente en las agrupaciones galácticas.