Ocultación
Es la desaparición de un cuerpo astronómico detrás de otro. Se trata de un fenómeno menos espectacular que un eclipse, pero que se reviste gran importancia para medidas astronómicas de diverso tipo.
El cuerpo celeste que más frecuentemente oculta las estrellas es la Luna que, moviéndose a través de las constelaciones del Zodíaco, cubre en promedio todos los años una cincuentena de estrellas hasta la sexta magnitud.
Debido a la ausencia de atmósfera, tanto la ocultación como la sucesiva reaparición de la estrella detrás del disco lunar son repentinas. Esto permite determinar con gran precisión los instantes de aparición y desaparición y verificar, a través de complicados cálculos, las teorías del movimiento lunar.
La Luna oculta ocasionalmente también planetas, satélites, asteroides y fuentes de radio varias; esto permite determinar, en el caso de que no sean bien conocidas, las dimensiones angulares de estos objetos. Mucho más raras, pero posibles, son las ocultaciones entre planetas, como la de Marte que fue cubierto por Venus en 1950.
En cambio, la palabra tránsito se refiere a los casos donde el objeto más cercano parece más pequeño en su tamaño aparente que el objeto más distante, como el tránsito de Mercurio o Venus alrededor del disco solar.
La palabra eclipse generalmente se refiere a esos casos en donde un objeto se mueve dentro de la sombra de otro. Cada uno de estos tres eventos es el efecto visible de una conjunción.
Cada vez que ocurre una ocultación, también ocurre un eclipse. Considera un «eclipse» de Sol por la Luna, visto desde la Tierra.
En este evento, la Luna se mueve físicamente entre la Tierra y el Sol, impediendo ver una porción o todo el brillante disco solar.
Cuando la Luna oculta el Sol, proyecta una pequeña sombra en la superficie de la Tierra, y por tanto la sombra de la Luna eclipsa parcialmente la Tierra. Así, el llamado «eclipse solar» consiste de hecho en (I) una ocultación del Sol por la Luna, visto desde la Tierra, y (II) un eclipse parcial de la Tierra por la sombra de la Luna.
En cambio, un «eclipse» de la Luna es de hecho un eclipse real: la Luna se mueve dentro de la sombra proyectada hacia el espacio por la Tierra, y se dice que está eclipsada por la sombra de la Tierra.