Máscaras de belleza
Se llaman máscaras de belleza o máscaras faciales a ciertas mezclas plásticasque se aplican a la cara con diversos fines cosméticos, en capas más o menos espesas. Una vez aplicadas, al evaporarse sus componentes líquidos, se endurecen y se adhieren a la piel, ejerciendo su acción sobre la misma.
Composición de las máscaras
Las máscaras tienen, como soporte, una sustancia plástica, generalmente inerte desde el punto de vista químico, que actúa por acción física sobre el cutis del rostro. Frecuentemente se añaden a su composición ciertas sustancias que acentúan o completan la acción física de la base.
– Sustancias activas: Según las sustancias activas que se añadan a la base de una máscara, éstas pueden convertirse en: detergentes, nutritivas, astringentes, tónicas, calmantes, blanqueadoras, abrillantadoras, etc.
– Sustancias conservadoras y antioxidantes: Estas sustancias preservan a la base plástica de la descomposición por fermentación u oxidación.
– Perfumes: Aunque ofrecen inconvenientes para la piel, la comercialización de las máscaras de belleza ha impuesto la necesidad de adicionar sustancias aromáticas, que hacen más agradable su uso.
Acción de las máscaras
La acción fundamental de las máscaras es limpiar. Aunque los efectos son transitorios, puesto que las células epiteliales no cesan en su acción secretora. Esta limpieza profunda de la piel tiene un alto cosmético.
Clasificación de las máscaras
Atendiendo a la acción de las diferentes sustancias activas que se incorporan a la pasta básica de las máscaras, podríamos clasificarlas en:
Máscaras detergentes: Es el tipo más sencillo de máscara. Generalmente la sustancia básica de esta máscara, es la arcilla. Las máscaras de “fango”, no son de fango auténtico como fueron las primeras que se usaron, y las cuales fueron desechadas por su suciedad, incomodidad y peligro de contaminación, sino que son elaboradas a base de compuestos artificiales de arcilla mezclada con lignito pardo, tierra negra de humo lavada y tamizadas y otras sustancias semejantes, todas absorbentes. De uso también muy antiguo es la máscara de parafina, cuyo empleo es agradable y limpio.
Las máscaras más utilizadas porque convienen a toda clase de cutis son las preparadas a base de tierra arcillosa, bentonita o caolín. También son fáciles de preparar las máscaras de caseína, detergentes y calmantes. Como son alcalinas, se usan especialmente para cutis graso, aunque cabe aplicarlas a cualquier tipo de piel. Para pieles muy grasas y gruesas, suelen prepararse unas máscaras a base de azufre.
Máscaras astringentes, tónicas y tensoras o elastógenas: La acción de las máscaras astringentes consiste en corregir transitoriamente la seborrea y la dilatación de los poros a base de combinarse con las proteínas cutáneas y obstruir el poro, al precipitarse. Se les ha atribuido también una acción contra las arrugas. No curan las arrugas, pero la acción tensora que producen disimula eficazmente, aunque temporal, las arrugas.
La diferencia que hay entre las máscaras astringentes y las tónicas no es propiamente de calidad, sino de intensidad. Las tónicas ejercen una acción más tenue, más suave, pero del mismo signo. Son de propiedades tensoras las máscaras a base de barnices hidrosolubles, clara y yema de huevo, gomas, etc., siendo la más sencilla de ellas, la compuesta por clara de huevo.
Máscaras blanqueadoras y abrillantadoras: Este tipo de máscaras se utiliza cuando se quiere blanquear o aclarar la piel afectada por pecas o manchas debidas a causas diversas. Los efectos blanqueadores se obtienen agregando a la base de las máscaras sustancias oxidantes como ácido cítrico, ácido láctico, perborato de sodio, agua oxigenada, etc. El perborato de sodio es adecuado para pieles grasas.
Las máscaras llamadas abrillantadoras son las preparadas a base de miel. La miel tiene propiedades blanqueadoras y proporciona cierta brillantez a la piel, además de ejercer una acción tónica fuerte y deshidrata las células cutáneas superficiales.
Máscaras nutritivas: Este es un tratamiento adecuado para pieles en vías de envejecimiento, para prevenir arrugas o en estado de sequedad evidente, pues la acción que ejercen es la de lubricar la piel. Para preparar dichas máscaras lubricantes o nutritivas se añaden a la base lanolina, colesterina, lecitina de huevo o de soja, aceites vegetales, manteca de cacao, etc. Para las pieles secas se usa mucho la llamada “máscara de aceite”, que se reduce a compresas empapadas en diversos aceites.
Máscaras calmantes y refrescantes: Estas máscaras se preparan con harinas, almidones, salvado, formando pastas con infusiones de manzanilla o tilo, con mucílagos de algas y gomas, con gelatina, con caseína y con diversos polvos.
Fuente: Basado en el manual de estética y cosmetología de Nellys Gil de Zalaya