Satélites de Júpiter
El mayor planeta del sistema solar, Júpiter, está acompañado por un abundante séquito de satélites y por un tenue y delgado anillo. Es tal la variedad de los mundos que están en órbita alrededor de Júpiter, algunos de los cuales de dimensiones decididamente planetarias, como para merecer una descripción extremadamente pormenorizada.
El mérito de haber hecho la luz sobre los cuerpos alrededor del gigante gaseoso corresponde, una vez más, a las sondas interplanetarias americanas, en particular a los dos Voyager que han transmitido imágenes desde su proximidad del sistema jupiteriano.
De las lunas de Júpiter, sólo las cuatro más grandes y cercanas, los llamados satélites galileanos, Io, Europa, Ganímedes y Calisto, parecen estar formados por el mismo fragmento de nebulosa protoplanetaria de la cual saldría el planeta mayor
Las otras lunas de Júpiter, por contraste, tienen órbitas excéntricas, con planos variadamente inclinados, en algún caso están animados por movimiento retrógrado (recordemos que el sentido de marcha habitual de los cuerpos del sistema solar es el directo o antihorario) y, por último, presentan dimensiones del orden de algunas decenas de km.
Sólo la Luna con 1.738 km de radio es mayor que Europa, el resto son mayores que la Luna de la Tierra, si estuviesen girando en torno al Sol serían considerados como planetas enanos. Respecto a los sesenta satélites restantes, son de un tamaño ínfimo y deformes, como los asteroides, destaca nHimalia con 90 km de radio y Amaltea cuyo semieje mayor es de 135 km (135×85×75), los demás tienen pocos kilómetros de radio, y a partir de Leda ya con 8 km de radio, encontramos que los últimos descubiertos tienen radios inferiores a los 2 km mayoritariamente.
Los primeros 50 satélites de Júpiter tienen nombre propio aprobado por la U.A.I.