Anemómetro
Un anemómetro es un instrumento que sirve para medir la velocidad, dirección y fuerza del viento. Puede ser de rueda de paletas, que consiste en un rodete con álabes oblicuos, o bien el denominado de Robinson, que consta de cuatro cazoletas de forma de hemisferio fijados a cuatro brazos radiales.
Al soplar el viento hace girar la rueda de paletas o el eje de la rueda de paletas con velocidad proporcional a la del viento. Este movimiento se transmite a algún mecanismo capaz de indicar esta velocidad sobre una escala graduada.
La velocidad del viento se puede medir también por la presión del aire sobre un tubo con forma de L, con un extremo abierto hacia la corriente de aire y el otro conectado a un dispositivo medidor de presión. Este modelo fue inventado por el físico francés Pitot (1695-1771) en 1732. Comparando la presión ejercida por el aire, que impacta en una de las bocas, con la presión atmosférica normal, se obtiene la velocidad del viento.
Otros anemómetros emplean dos filamentos calentados mediante una corriente eléctrica, realizados con un material cuya resistencia varía bastante con la temperatura. Uno de los filamentos está expuesto a la corriente, mientras que otro está protegido del aire. La diferencia de temperatura, y por lo tanto la de resistencia entre los dos filamentos, da una indicación de la velocidad del aire.
Los anemómetros son empleados especialmente en meteorología y navegación aérea. El anemómetro es un aparato meteorológico que se usa para la predicción del tiempo y, específicamente, para medir la velocidad del viento. Asimismo es uno de los instrumentos de vuelo básico en el vuelo de aeronaves más pesadas que el aire.
En meteorología, se usan principalmente los anemómetros de cazoletas o de molinete, especie de diminuto molino cuyas tres aspas se hallan constituidas por cazoletas sobre las cuales actúa la fuerza del viento; el número de vueltas puede ser leído directamente en un contador o registrado sobre una banda de papel (anemograma), en cuyo caso el aparato se denomina anemógrafo. Aunque también los hay de tipo electrónicos.
Para medir los cambios repentinos de la velocidad del viento, especialmente en las turbulencias, se recurre al anemómetro de filamento caliente, que consiste en un hilo de platino o níquel calentado eléctricamente: la acción del viento tiene por efecto enfriarlo y hace variar así su resistencia; por consiguiente, la corriente que atraviesa el hilo es proporcional a la velocidad del viento.