Recubrimientos metálicos

Se utilizan para protección contra los daños estructurales superficiales o para mejorar la apariencia.

Se aplican por medio de muchas técnicas, que incluyen la electrodeposición, la inmersión, la aspersión con metales fundidos atomizados o pulverizados, y la reacción del miembro con metales en polvo que lo rodean, a temperaturas de fusión.

A veces se logra una protección, debido a que el recubrimiento metálico es más resistente al efecto del medio ambiente que el metal básico.

El estaño aplicado al acero proporciona una protección de este tipo. Puesto que el acero es anódico con respecto al estaño, la eficiencia del recubrimiento sólo es válida mientras la capa es continua.

Si se desarrolla un orificio diminuto o si la superficie tiene raspaduras, se acelera la corrosión del acero.

La razón desfavorable de la superficie anódica a la catódica, hace aumentar la gravedad de la perforación de la capa de estaño.

A ciertos tipos de recipientes se les aplican recubrimientos resinosos, para complementar o reemplazar el recubrimiento de estaño sobre el acero.

En otras aplicaciones, se selecciona un recubrimiento anódico con respecto al metal básico. En este procedimiento, el metal básico catódico se pro tege y al método se le llama protección catódica.

En tanto queda algo del recubrimiento anódico, se tiene cierta protección. Los defectos en el recubrimiento anódico no son graves, debido a que la razón del área del ánodo a la del cátodo es favorable.

Un ejemplo de este tipo de recubrimiento es el cinc aplicado al alambre de acero para cercas o a las láminas de acero, para producir acero galvanizado.

Fuente: Apuntes de Ciencia de materiales de la UNIDEG