Yeso
Su empleo es en aplanados interiores por su grano fino, así como en determinadas mamposterías de tabicón y, sobre todo, en las primeras capas de bóvedas ligeras.
En la formación de la pasta, se emplean dos partes de agua por tres de polvo, revolviendo los dos ingredientes para obtener una masa uniforme.
En pocos momentos se inicia un aumento de temperatura y la pasta empieza a soldificarse, creciendo su volumen hasta en 18 por ciento al soldificarse.
Por lo anteriormente descrito, dado su rápido endurecimiento no es posible preparar grandes cantidades, sólo pequeñas porciones.
Una vez amasado el yeso no se agregará más agua pues pierde calidad al endurecerse. Se hace notar que el fraguado depende del clima y del tipo de yeso de la región.
Se recomienda que para que la mezcla tenga más adherencia y endurecimiento se agregue 1.5 a 2 kg de cemento gris por cada bulto de 35 kg para el enlucido de los muros, donde la capa requiera ser gruesa se agregue de 28 a 30 litros de agua por medio bulto de arena.
La desventaja del yeso simple es su solubilidad (se disuelve con el agua fácilmente). Para trabajarlo en los interiores de la vivienda hay que usarlo como mortero, y protegerlo de las humedades, pues se reblandece y pudre.
Se obtienen mejores resultados si se usa yeso como morteto bastardo, agregándole material inerte. Su uso en exteriores se logra mezclando un volumen de cal igual al de yeso, y agua hasta que se haga una pasta plástica (mortero bastardo).
Aunque su fraguado es más lento, tiene buena resistencia y permite superficies más tersas y brillantes que el mortero simple. Sin ser impermeable, no se agrieta, ni se pudre, pues la humedad no lo reblandece.
Si le aplicamos pintura fina de tipo impermeable se dará mayor protección a la superficie.
Si el yeso se recubre con mezclas plásticas a base de aglutinantes, toma los nombres de aplanado, retoque, repella-do, enyesado, enlucido y estucado.
Fuente: Manual de autoconstrucción, manos a la obra de IMCYC